El portavoz presidencial de Bolivia, Jorge Richter, confirmó que este martes a la noche estaba todo listo para que tuviera lugar el tercer intento de diálogo entre el gobierno nacional y autoridades de la provincia de Santa Cruz que mantienen un bloqueo hace más de una semana. La provincia de Santa Cruz, que gobierna el líder de derecha y promotor del golpe contra Evo Morales, Fernando Camacho, tiene los accesos y mercados bloqueados hace varios días como medida de protesta ante la decisión del gobierno nacional de postergar la realización del censo y rechazó la propuesta de la última mesa de diálogo que tuvo lugar el viernes pasado.
“Esperamos que los resultados sean verdaderamente importantes”, dijo Ritcher. Ni bien se conoció la posibilidad de que exista la reunión también circuló que en representación de Santa Cruz estarían presentes el rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM), Vicente Cuéllar, el cívico Fernando Larach y un representante del gobernador Fernando Camacho. Por parte del Gobierno estararían el ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, y Richter.
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Sin embargo, a más de dos horas de cursada la invitación ambas partes no habían logrado juntarse. "Los delegados del comité interinstitucional de Santa Cruz aun no llegaron al lugar de la reunión", dijo a El Destape una fuente del oficialismo al tanto de las conversaciones. A eso se sumaron declaraciones del presidente del Comité pro Santa Cruz, Rómulo Calvo, quien condicionó su asistencia al encuentro a que "cese la represión en el municipio de La Guardia". Calvo se refirió así a uno de los eventos que mantiene en tensión a la comunidad boliviana y es la diputa entre grupos de choque que responden a Camacho y la Policía Boliviana. El viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, dijo a la prensa local que las fuerzas de seguridad habían sido atacadas con armas de fuego.
Desde el oficialismo en Bolivia opinaron a este medio: "Hay serias diferencias en el comité de Santa Cruz sobre cómo encarar el diálogo y sobre si mantener o no las protestas". Ese podría ser uno de los motivos que deje trunca la posibilidad de un nuevo encuentro este martes por la noche. De hacerse, sería el tercer escenario de diálogo abierto por el Gobierno, el primero fue el 17 de octubre y el segundo el 22. Camacho abandonó la mesa de conversaciones del 22, porque se mantuvo invariable en su exigencia de que el censo debe ser en 2023.
Richter aseguró que el presidente Luis Arce instruyó agotar todos los esfuerzos de diálogo para resolver este conflicto que se arrastra desde el sábado 22 de octubre. "Hoy en día estamos no solo con la medida del paro, sino con el riesgo de enfrentamientos y de una situación de conflictos que dejan riesgo a la vida y la integridad física de la familia cruceña, de los cruceños y cruceñas, en esa perspectiva, acabamos de tomar contacto con la gente del Comité Interinstitucional para estar presentes en una reunión que se va a realizar a las 20.15 de hoy", informó.
Por su parte, el ex presidente Morales se expresó en Twitter y dijo que "saluda" las señales para instalar el diálogo. "Saludamos las señales para instalar diálogo de pacificación que ponga fin al paro que asfixia la economía de los más pobres. Hacemos un llamado a un desarme espiritual y reiteramos nuestro pedido a extremar cualquier esfuerzo con tal de preservar la vida. El censo debe unirnos", tuiteó.
La discusión por el censo
Hace meses el gobierno de Bolivia tiene un frente abierto por la realización del Censo. Inicialmente el Censo tenía fecha para hacerse en 2023 pero debido a la pandemia y al golpe el gobierno de Arce propuso pasarlo para el 2024. Esa decisión fue tomada por la provincia de Santa Cruz y su gobernador Fernando Camacho, principal promotor del golpe a Evo, como una decisión de contenido político y al menos desde agosto están en conflicto.
La semana pasa en respuesta a eso el gobierno de Santa Cruz decidió entrar en un paro indefinido en el que hay hubo un muerto y el viernes pasado el gobierno nacional decidió hacer una mesa de diálogo con todas las provincias, con una delegación en representación de Santa Cruz, para buscar una salida a la tensión. El encuentro nacional reunió a más de 300 alcaldes, gobernadores, rectores de las universidades públicas y autoridades indígenas pero terminó sin avances.