Cuando falta poco más de un año para las elecciones presidenciales de Bolivia, las heridas abiertas dentro del Movimiento al Socialismo (MAS-IPSP) se profundizan día a día con el enfrentamiento de los dos líderes principales del partido oficialista: el presidente, Luis Arce; y su antecesor, el ex mandatario Evo Morales, en donde también comenzaron a incidir actores regionales como el Foro de San Pablo. En medio de este escenario, que tiene como telón de fondo la puesta en duda del golpe de Estado, el Congreso conformó una Comisión Especial Multipartidaria para investigar el intento de golpe de Estado que denunció el Gobierno.
Los entretelones del enfrentamiento entre Arce y Evo
Tras las agitadas horas del 26 de junio y las que le siguieron con el intento de romper el orden institucional por parte de un grupo de militares, Arce hizo un derrotero por distintos medios de comunicación internacionales en los que sentó su posición sobre lo que había sucedido y, también, habló sobre la política interna. El escenario es particular: el MAS debe elegir a sus autoridades -un procedimiento que todos los partidos deben llevar adelante-, recibió una amonestación por no haber renovado su directiva y reconoció a Morales, que fue el último electo. El plazo final para esa elección interna es el 5 de septiembre, mientras que tres amonestaciones pueden llegar a poner en riesgo la personería jurídica del partido.
“Evo Morales ya no es presidente del MAS, su mandato caducó en 2016”, sostuvo ante la agencia española EFE y se refirió a “los dueños” del MAS que, a su entender, son las organizaciones fundadoras del instrumento político hace más de veinte años, que “quieren recuperar su instrumento”, a su entender, apropiado por Evo.
Según el mandatario, Morales ya no es líder del MAS y el “único que le da validez es el Tribunal Supremo Electoral”, sostuvo y, de esa manera, avaló la idea de que ya no cabe más la posibilidad de que se presente a elecciones. Allí, Arce hizo referencia a la decisión del Tribunal a fines del año pasado anuló la potestad de la reelección indefinida y, a la vez, inhabilitó al expresidente Morales al establecer que presidente y vicepresidente "no pueden ejercer más de dos mandatos de forma continua o discontinua".
“Cómo es posible que Luis Arce pueda afirmar públicamente, en una entrevista, que Evo está inhabilitado y que no es presidente del MAS-IPSP desde el año 2016. Con qué facilidad le miente a la prensa y al pueblo boliviano. Él estuvo presente en el Congreso de 2017 y luego el 2021, cuando se me ratificó como presidente del Instrumento Político. El propio Tribunal Supremo Electoral (TSE) reconoce esa mi condición, sólo Luis Arce les miente a los periodistas, al parecer porque realmente quiere proscribir nuestro movimiento político e inhabilitarme para las próximas elecciones nacionales”, denunció Morales.
Como si fuera poco, en la jornada de este miércoles subió la apuesta con el espaldarazo del Foro de San Pablo -de partidos y agrupaciones políticas de izquierda y centro izquierda del continente-, que emitió una resolución “de repudio ante la intención de proscribir al MAS e inhabilitar a Evo Morales”. Allí, sostuvieron que “proscribir” a Morales “sería una injusticia no sólo en contra del líder histórico de la Revolución Democrática y Cultural de Bolivia, sino que sería una afrenta en contra de los Pueblos Indígenas y el movimiento popular latinoamericanos”.
Al mismo tiempo, rechazaron y condenaron el intento de golpe de Estado. En aras de calmar las aguas, en tanto, hicieron un llamado “para que toda diferencia sea resuelta por la vía democrática y nunca por la vía militar o judicial”.
Al momento, la pata evista del MAS decidió convocar por su cuenta a un nuevo congreso para el 3 de septiembre. La postura evista insiste en Morales como candidato, mientras que el ala arcista sostiene que, de acuerdo a la Constitución y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el expresidente está inhabilitado para una nueva postulación.
“Yo no decido si voy a participar de las elecciones, lo van a decidir las organizaciones sociales, estoy haciendo lo que las organizaciones me pidieron, tengo un mandato. Vamos a apoyar lo que decidan los dueños del órgano político”, sostuvo Arce en una entrevista con el diario brasileño Folha.
La puesta en duda del intento de golpe
El intento de quiebre del orden constitucional de la semana pasada, también se convirtió en un eje de disputa en medio de las versiones que ponen en duda que haya estado “armado” o que realmente haya sido un movimiento irregular por parte de un grupo de militares. El primero que echó a rodar esa idea fue el mismo Morales ofreció sus disculpas a la comunidad internacional y acusó a Arce de haber “engañado y mentido”. Con los días, incluso, sumó a su hipótesis supuestas pruebas y las declaraciones del jefe del Ejército que hizo declaraciones en consonancia con el exmandatario. En ese contexto, el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, afín a Morales, anunció la conformación de una Comisión Especial Multipartidaria para investigar los hechos del 26 de junio.
“Frente al movimiento irregular de las FFAA y las graves declaraciones del Gral. Zúñiga, urge investigar con el apoyo de expertos internacionales para llegar a la verdad de los hechos y que los responsables del atentado contra la democracia asuman las consecuencias de sus actos”, publicó Rodríguez en redes sociales.
El general Zúñiga encabezó la toma de la Plaza Murillo, en el centro de La Paz la semana pasada, pero en sus declaraciones aseveró que fue un “autogolpe” y que fue el presidente Arce quien ordenó el movimiento de blindados para mejorar su popularidad. Andrónico señaló que “el pueblo boliviano merece conocer toda la verdad”, por lo cual desde el Senado se conformará la Comisión Multipartidaria.