El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, apuntó hoy contra las protestas en contra de su proyecto de reforma judicial al comparar a los manifestantes con "los antivacunas" y asegurar que les daría un "puñetazo".
"La misma gente que protesta hoy es la misma que protestaba contra las vacunas" contra el coronavirus, declaró Netanyahu al referirse a los manifestantes que desde hace más de dos meses se expresan en las calles de Israel en contra de la propuesta.
"Hay que acabar con esta mentira (...) Me dan ganas de pegarles un puñetazo, de golpearlos", expresó el primer ministro, en declaraciones que fueron reproducidas por el Canal 12 de la televisión israelí y más tarde matizadas por el Ejecutivo.
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La oficina del primer ministro dijo que Netanyahu hablaba de forma figurada y que, en realidad, se refería a los argumentos de los manifestantes, no a la gente en sí, informó la agencia de noticias Europa Press.
A comienzos de esta semana, mientras decenas de miles de personas se congregaban frente al Parlamento ante del inicio de la votación de la reforma, el premier los acusó de "pisotear la democracia" y de "no aceptar los resultados de los comicios" ni "la decisión de la mayoría".
El órgano legislativo dio luz verde en primera lectura a dos proyectos de ley de la cuestionada reforma del sistema judicial.
La misma daría al Gobierno control total sobre el nombramiento de los jueces, incluidos los del Tribunal Supremo, y limitaría en gran medida la capacidad del tribunal de anular legislación que viole la Constitución, al tiempo que permitiría al Parlamento modificar leyes con una mayoría simple de 61 de los 120 diputados.
Netanyahu y sus aliados, un conjunto de partidos ultrarreligiosos y ultranacionalistas, dicen que el plan busca mejorar un sistema que da demasiada voz a los tribunales y a los asesores legales del gobierno sobre cómo se elaboran las leyes y se toman las decisiones.
Los críticos dicen que alterará el sistema de controles y contrapesos del país y concentrará el poder en manos del primer ministro. También acusan a Netanyahu, quien está siendo juzgado por una serie de cargos de corrupción, de conflicto de intereses.
El enfrentamiento sumió a Israel en una de sus mayores crisis internas, agudizando la división entre los israelíes sobre el carácter de su Estado y los valores que creen que deberían guiarlo.
El plan de reforma judicial provocó incluso inusuales advertencias de la Casa Blanca, el principal aliado internacional de Israel.
El embajador de Estados Unidos, Tom Nides, dijo en un podcast que Israel debería "frenar" el proyecto y consensuar una reforma que proteja las instituciones democráticas de Israel.
Los proyectos todavía deben ser votados en segunda y tercera lectura en el pleno para convertirse en ley.
Con información de Télam
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