La Corte Suprema de Israel invalidó temporalmente la Ley de Incapacitación, aspecto clave de la reforma judicial del Gobierno de extrema derecha de Benjamin Netanyahu, con la que el primer ministro pretendía impedir que el fiscal general lo declarara "incapaz" para el cargo. Se trata del segundo revés en la Justicia, ya que hace unos días se pronunció en contra de otro punto relevante entre los cambios propuestos sobre las atribuciones del Poder Judicial.
La norma se había aprobado en la Knesset (Parlamento) en marzo pasado y es el segundo revés que recibe en pocos días: el primer día del año la Corte se pronunció en contra de la ley -que hace parte de la reforma- que quitaba al Poder Judicial la facultad de decidir sobre la "razonabilidad" de las decisiones del Ejecutivo o del propio parlamento.
En este caso, el aspecto sobre el que se manifestó es el apartado que permitía a Netanyahu eludir la normativa sobre conflicto de intereses que le prohíben participar en la revisión del sistema judicial debido a que está siendo juzgado por cargos penales.
Según la decisión del máximo tribunal, la norma solo se aplicará a partir de la próxima legislatura. Seis de los 11 jueces dictaminaron en ese sentido y fundamentaron su voto en que la Ley "es una enmienda personal que constituye un abuso de poder", según recogió el diario israelí Haaretz.
Al aprobar el proyecto el año pasado, los legisladores consagraron así la primera parte de la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Netanyahu en enero de 2023, a menos de un mes de su asunción en un nuevo mandato como primer ministro. Horas después de esa aprobación, el Movimiento por un Gobierno de Calidad, organización civil que encabezó las protestas contra la reforma desde enero hasta octubre pasado, presentó un recurso ante la Corte Suprema para que lo anulara. A ellos, se sumaron partidos y legisladores opositores.
Esas presentaciones tuvieron su desenlace en la nueva decisión de la Corte. Esta fue la primera vez en la historia de Israel que una Corte anula una ley básica, con nivel cuasi constitucional, en un país que no cuenta con Constitución.
Cuando fue anunciada en enero pasado, de hecho, desencadenó un amplio movimiento de protestas, uno de los más importantes en la historia de Israel. Según el Gobierno de coalición -que reúne a partidos de derecha, extrema derecha y formaciones ultraortodoxas- la norma, al reforzar el poder de los diputados sobre el de los magistrados, busca corregir un supuesto desequilibrio.
Los detractores, en cambio, acusan a Netanyahu, juzgado por corrupción, de querer usar la reforma para suavizar una eventual condena en su contra, lo que el político niega. El movimiento de protestas contra la reforma se detuvo luego del 7 de octubre, tras el ataque del movimiento islamista palestino Hamas en el sur de Israel.
Con información de Télam