Las negociaciones entre Armenia y Azerbaiyán por la región de Nagorno Karabaj, en disputa desde hace años, avanzaron de manera "tangible" en Washington y un acuerdo es factible, destacó hoy el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
"Ambas partes han discutido sobre algunos temas muy difíciles en los últimos días y han logrado un avance tangible hacia un acuerdo de paz duradero", resaltó Blinken al concluir las conversaciones.
Tras cuatro días de conversaciones a puertas cerradas entre los ministros de Relaciones Exteriores de los dos países, el armenio Ararat Mirzoyan y el azerí Jeyhun Bayramov, ningún texto fue firmado todavía para poner fin al conflicto territorial de décadas entre las dos exrepúblicas soviéticas.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Blinken expresó su deseo de que las partes noten que "hay un acuerdo a la vista, al alcance de la mano", y consideró que lograr ese entendimiento "no solo sería histórico, sino que beneficiaría profundamente a los pueblos de Azerbaiyán y Armenia".
Ninguno de los ministros caucásicos habló públicamente después del cierre de las conversaciones y no hubo una declaración formal, pero Blinken elogió a Mirzoyan y Bayramov por su liderazgo y los animó a seguir avanzando.
"Nada de esto es fácil, pero el compromiso, la determinación de seguir adelante para abordar los temas desafiantes restantes es real", dijo el jefe de la diplomacia de Estados Unidos citado por la agencia de noticias AFP.
Armenia y Azerbaiyán se enfrentaron en dos guerras, en 1990 y 2020, que dejaron decenas de miles de muertos, y el conflicto por el territorio en disputa de Nagorno Karabaj se reaviva periódicamente.
Rusia negoció un acuerdo de paz hace tres años, pero desde entonces se repitieron los choques armados.
Azerbaiyán provocó nuevas tensiones la semana pasada cuando colocó un puesto de control en el corredor de Lachin, el único enlace terrestre entre Armenia y Nagorno Karabaj, un territorio de mayoría armenia dentro de Azerbaiyán.
Las conversaciones se llevaron a cabo fuera de la vista de los medios en una instalación segura del Departamento de Estado en Arlington, un suburbio de la capital estadounidense, y no trascendieron detalles sobre las metas que se habían fijado las partes.
"Nuestro objetivo consiste en asegurarnos de que los ministros se sienten a la mesa y hablen entre ellos" durante varios días para que alcancen "una paz justa y duradera", dijo el lunes un funcionario estadounidense que eligió el anonimato.
Blinken admitió que aún quedan difíciles desafíos por delante y reiteró el apoyo de Estados Unidos.
"La última milla de cualquier maratón es siempre la más difícil. Lo sabemos. Pero Estados Unidos está aquí para continuar ayudando a nuestros dos amigos a cruzar la línea de meta", graficó el secretario.
Las gestiones de Washington generaron algún recelo en Rusia, que a principios de esta semana afirmó que "no había alternativa" a su propia intermediación en el conflicto.
"Por el momento no hay otra base legal que ayude a una resolución. No hay alternativa a estos documentos trilaterales", dijo el martes a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, sobre el acuerdo de paz de 2020.
Ese acuerdo fue el que permitió el establecimiento de fuerzas de paz rusas en ese enclave por un período de cinco años.
Pero con Rusia concentrada en la guerra con Ucrania y poco dispuesta a forzar los lazos con Turquía, el aliado clave de Azerbaiyán, Estados Unidos y la Unión Europea empezaron a aparecer como mediadores en el proceso de normalización de las relaciones entre Ereván y Bakú.
Con información de Télam