La derrocada líder de Myanmar, Aung San Suu Kyi, quien se encontraba presa en una residencia vigilada, fue trasladada a una cárcel de la capital, Naipyidó, y puesta en aislamiento, anunció hoy la junta militar en el poder.
"Conforme a las leyes penales (...) se la mantiene en régimen de aislamiento en la cárcel", dijo Zaw Min Tun, portavoz de la junta, sobre Suu Kyi, de 77 años y ganadora del premio Nobel de la Paz.
La líder se encontraba bajo arresto en un lugar secreto de la capital birmana, acompañada por varias personas que trabajan en la casa y por su perro, desde que fue derrocada en un golpe de Estado el año pasado.
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Solo salió de este lugar para asistir a audiencias de su juicio, un proceso en el que podría ser condenada a decenas de años de cárcel.
Su personal y el perro no la acompañaron, precisó una fuente cercana al caso, que señaló que la seguridad en torno a la cárcel donde fue enviada fue reforzada, informó la agencia de noticias AFP.
"Por lo que sabemos Aung San Suu Kyi goza de buena salud", agregó. Sus abogados no pueden dirigirse a los medios y los periodistas no están autorizados a asistir al juicio.
Otra fuente cercana afirmó que la líder birmana "está de buen ánimo".
"Ella está acostumbrada a enfrentar con calma este tipo de situaciones", indicó.
En tanto, el subdirector para Asia de la ONG Human Rights Watch, Phil Robertson, declaró que "la junta de Myanmar se encamina hacia una fase mucho más punitiva hacia Aung San Suu Kyi".
"Obviamente están tratando de intimidarla a ella y a sus partidarios", agregó.
Bajo el régimen de otra junta militar precedente, antes del breve periodo democrático que terminó en 2021, la líder birmana pasó largos años en arresto domiciliario en su casa de Rangún, la ciudad más importante del país.
Desde que fue derrocada el año pasado, sus relaciones con el mundo exterior se limitan a breves encuentros con sus abogados antes de las audiencias.
Las audiencias se habían celebrado en un edificio municipal de Naipyidó pero esta semana una fuente cercana al caso indicó que ahora van a seguir en un nuevo tribunal construido dentro de una prisión.
La líder ya fue condenada a 11 años de cárcel tras ser declarada culpable de corrupción, incitación a la violencia y violación de las reglas sanitarias decretadas con motivo de la pandemia de coronavirus, así como de no respetar la ley sobre las telecomunicaciones.
Varios observadores internacionales han denunciado el proceso que afirman que está motivado políticamente para apartar del poder a Suu Kyi, hija de un héroe de la independencia y que ganó las elecciones de 2015 y 2020.
A finales de mayo, familiares de la dirigente interpusieron una querella contra la junta militar ante un grupo de trabajo de la ONU para denunciar su "secuestro judicial".
El golpe de Estado de febrero de 2021 sumió al país en el caos y cerca de 2.000 civiles fueron asesinados por las fuerzas represivas y más de 14.000 fueron detenidos, según el conteo de una ONG local.
Con información de Télam