La pena a 33 años de prisión de la exlíder civil Aung San Suu Kyi fue reducida a 27 años por un indulto ordenado hoy por la junta militar que gobierna en Myanmar (ex Birmania) en el marco de la Cuaresma budista, una práctica común en este país para conmemorar las fiestas religiosas, que benefició también a más de 7.000 presos.
"El presidente del Consejo Administrativo del Estado (el nombre con el que la junta gobernante se designa a sí misma) indultó a Daw Aung San Suu Kyi, que fue condenada por los tribunales competentes, en virtud de la ley de derechos humanos", anunció el martes el noticiero de televisión.
"Su sentencia ha sido reducida en seis años", dijo el portavoz de la junta.
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"No pudo ser liberada por completo, aunque algunas sentencias pronunciadas en su contra han sido indultadas. Todavía tiene que enfrentar 14 casos. Solo cinco casos de 19 han sido indultados", añadió una fuente legal a la agencia de noticias AFP.
A principios de este año, Aung San Suu Kyi, de 78 años, fue sentenciada a 33 años de prisión por una serie de cargos, que incluyen corrupción, posesión de walkie-talkies ilegales e incumplimiento de las restricciones por el Covid.
Suu Kyi, una figura de la lucha por la democracia en Myanmar, solo fue vista una vez desde que fue arrestada tras el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021 en unas fotos de mala calidad de los medios estatales en una sala de audiencias de un tribunal de Naipyidó, la capital.
El expresidente Win Myint también se benefició de un indulto parcial en dos casos, según los medios estatales, que dijeron que 125 prisioneros extranjeros serían indultados y liberados.
Además, a algunos presos que se enfrentan a la pena de muerte se les ha reducido la pena a cadena perpetua.
El golpe de Estado ha sumido a la ex Birmania en un conflicto que ha provocado el desplazamiento de más de un millón de personas, según Naciones Unidas.
El estado de salud de la premio Nobel de 78 años es motivo de preocupación desde su detención, en particular durante su juicio ante un tribunal de la junta que la obligó a asistir a audiencias casi diarias.
En julio, el ministro de Relaciones Exteriores de Tailandia, Don Pramudwinai, dijo que se reunió con Aung San Suu Kyi en su celda, en lo que fue la primera reunión conocida con un enviado extranjero desde que fue detenida.
La semana pasada, Aung San Suu Kyi fue trasladada de su celda de prisión a un edificio del gobierno, según un representante de su partido político.
El estado de emergencia fue extendido ayer por seis meses, anunciaron los medios oficiales, lo que en teoría conduce a un aplazamiento de las elecciones que estaban programadas para este agosto.
Aung San Suu Kyi sigue siendo extremadamente popular en Birmania, aún a pesar de que su imagen internacional se vio empañada por su acuerdo para compartir el poder con los generales y por su incapacidad para defender a la minoría rohingya perseguida.
El Ejército justificó su golpe de Estado por un presunto fraude electoral durante las elecciones de noviembre de 2020, lo que provocó enormes protestas y una dura represión.
Las elecciones las había ganado la Liga Nacional para la Democracia (LND) de Suu Kyi, y los observadores internacionales dijeron entonces que habían sido mayoritariamente libres y justas.
Con información de Télam