El senador Renan Calheiros, un dirigente del Movimiento Democrático Brasileño (MDB) pero de muy buena relación con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, le pidió a la corte suprema de Brasil que ordene la extradición inmediata del ex presidente Jair Bolsonaro, que se encuentra desde hace dos semanas en Florida, Estados Unidos, y que fue internado este lunes por fuertes dolores abdominales.
El legislador le habló directamente al juez del Supremo Tribunal Federal (STF) Alexandre de Moraes, el mismo que esta madrugada ordenó la separación del cargo del gobernador de Brasilia por 90 días y dio un ultimátum de 24 horas a las autoridades de todos los estados para levantar los campamentos de protesta de los bolsonaristas, donde desde hace dos meses piden un golpe de Estado. Tras esas decisiones, ahora Calheiros -ex presidente del Senado- pide ir contra el hombre al que todo el oficialismo brasileño señala como el autor intelectual del ataque a la democracia del domingo: Bolsonaro.
Llamó a que el juez de la corte exija que el ex presidente vuelva al país en 72 horas para dar explicaciones ante la Justicia sobre su presunta participación y, en caso de no hacerlo, que se pida formalmente la extradición inmediata al Gobierno de Estados Unidos, quien ante las crecientes presiones se vio obligado este lunes a aclarar que aún no había recibido ningún escrito de parte de Brasilia.
Y Calheiros fue aún más lejos y se adelantó a lo que podría pasar: Bolsonaro "se va a negar a dar testimonios y, entonces, nosotros pediremos su prisión preventiva", le dijo a la cadena CNN Brasil.
El otro pedido de detención
El mismo domingo, la Procuraduría General de la Nación pidió la detención del otro dirigente político sindicado como responsable de la invasión y destrucción de las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia, el ahora ex secretario de Seguridad de Rocha -y casualmente ex ministro de Justicia de Bolsonaro-, Anderson Torres.
Antes de ser suspendido de su cargo, el gobernador de Brasilia lo había echado, pero igual el Partido de los Trabajadores (PT) del presidente le apuntó con toda la artillería. Aunque Torres tuiteaba en medio del ataque y prometía desplegar a todas las fuerzas por entonces a su disposición, no se encontraba ni en Brasilia ni en Brasil. Está en Estados Unidos, en el mismo estado de Florida donde decidió refugiarse Bolsonaro unos días antes para escapar a la nueva realidad política del país (y dicen los rumores, a una posible orden de detención de la corte suprema, que hace tiempo lo investiga por difundir información falsa que atenta contra la democracia).
"No vine a Estados Unidos a encontrarme con Bolsonaro. No me encontré con él en ningún momento. Estoy de vacaciones con mi familia. No hubo ninguna trama para que eso (por el ataque en Brasilia) ocurriese", le dijo al diario Folha do Sao Paulo.