Por primera vez desde el intento de golpe de estado del domingo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo estar "convencido" de que los ataques contra los poderes del Estado por militantes bolsonaristas tuvieron "ayuda interna" gracias a la "connivencia" de "muchos" policías y militares que trabajan en esos edificios públicos.
"Estoy convencido de que la puerta del Palacio de Planalto fue abierta para que las personas entraran, porque no hay puertas rotas", dijo el mandatario en su primer desayuno con periodistas en la capital. "Significa que alguien les facilitó la entrada aquí", abundó y anticipó que hará una investigación a fondo sobre quiénes fueron los uniformados que facilitaron las acciones violentas a las tres sedes.
El domingo, miles de simpatizantes del ex mandatario de ultraderecha Jair Bolsonaro invadieron las sedes de los poderes públicos en Brasilia, sacudiendo la capital exactamente el día en que Lula cumplía una semana desde que regresó al poder para un tercer mandato.
Durante la violenta movilización los manifestantes saquearon oficinas y destruyeron invaluables obras de arte en su arremetida contra los edificios que albergan la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema, en reclamo de un golpe de Estado contra el gobierno de Lula, con apenas una semana de gestión.
"Vamos a investigar con calma para ver qué ocurrió de verdad", comentó el presidente, quien derrotó a Bolsonaro por un estrecho margen de menos de dos puntos porcentuales en las presidenciales de octubre. El mandatario anunció "una revisión profunda" del equipo que trabaja en Planalto, sede de la Presidencia brasileña, reseñaron O Globo y las agencias de noticias AFP y ANSA.
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"La verdad es que el palacio estaba lleno de bolsonaristas, de militares, y queremos ver si podemos corregir (la situación), para colocar funcionarios de carrera, de preferencia civiles, o que estaban antes aquí o que fueron suspendidos, para que esto se transforme en un gabinete civil", dijo.
Las autoridades investigan quién organizó y cómo se financiaron los manifestantes. Además detuvieron a más de 1.500 personas luego de unos actos vandálicos que recordaron a la invasión al Capitolio estadounidense en Washington el 6 de enero de 2021 por partidarios del entonces presidente Donald Trump.
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Lula insistió en que está "esperando que la polvareda" de los ataques "se asiente" y que aún quiere ver las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del Palacio del Planalto, el Supremo Tribunal Federal y el Congreso Nacional . Para el Presidente, había "mucha gente" de la Policía Militar del Distrito Federal y de las Fuerzas Armadas que estaban "en connivencia" con los delincuentes.
Tras los ataques Lula firmó un decreto que determina la intervención federal en la seguridad pública del Distrito Federal, medida que fue avalada luego por diputados y senadores. Como consecuencia de las escenas de destrucción en Brasilia, la policía, el gobierno del Distrito Federal y las Fuerzas Armadas fueron criticadas por su actuación frente al vandalismo promovido por los golpistas. Los videos que circularon en las redes sociales muestran cómo un grupo de policías abre paso y observa a los atacantes invadir el edificio del Congreso.
Días después, el gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha, fue destituido de su cargo por 90 días por el STF. Anderson Torres, exministro de Bolsonaro, fue exonerado del cargo de secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal y objeto de una orden de aprehensión, y también fue detenido el excomandante de la Policía Militar, coronel Fábio Augusto .
Con información de Télam