(Por Camil Straschnoy).- Mutilaciones, abuso sexual, secuestros extorsivos, tortura, tráfico de personas, condiciones insalubres y hasta la muerte son algunos de los peligros que enfrentan las oleadas de migrantes que intentan llegar a Estados Unidos, enumeró en entrevista con Télam Juan Carlos Arteaga, responsable de Médicos Sin Fronteras (MSF) en México, al hablar de una cuestión que marcó esta semana el encuentro entre los presidentes de ambos países, aunque sin arrojar grandes compromisos para abordar el tema.
En su visita a la Casa Blanca, el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador (conocido por la sigla AMLO en su país), instó a su par estadounidense, Joe Biden, a "ordenar el flujo migratorio", otorgar "más visas temporales de trabajo" y regularizar a los indocumentados, además de prometer 1.500 millones de dólares para modernizar la frontera, mientras que el líder demócrata indicó que su país está liderando el camino para crear oportunidades de vías legales.
"Estamos esperando a ver qué efecto va a traer esa reunión. Algunas oleadas de migrantes en el pasado estuvieron vinculadas a pensar que se va a abrir un poco la frontera y entonces emprenden el viaje hacia el norte y se exponen en el camino a la violencia, la inanición, los abusos y la deshidratación", explicó Arteaga desde Ciudad Acuña, una de las localidades fronterizas en las que trabaja MSF.
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Pese a la conmoción por la muerte de 53 extranjeros a fin del mes pasado en Texas cuando eran transportadas en un camión sin ventilación y a altas temperaturas, todavía siguen vigentes en EEUU dos medidas antiinmigración heredadas de la época de Donald Trump: Título 42 y Quédate en México (o MPP por las siglas en inglés del nombre oficial del programa).
El primero permite expulsar a inmigrantes por razones sanitarias bajo el argumento de la pandemia de Covid-19, mientras que el segundo obliga a los solicitantes de asilo a esperar en el país vecino la resolución de sus casos. La Corte Suprema dio luz verde al gobierno de Biden a finalizar esta última política, algo que intentó hacer previamente, pero que no pudo por una demanda del estado de Texas.
Cuando se facilita un tránsito regular se mejoran las condiciones para los migrantes. Lo irregular implica tener que cruzar el río Bravo que divide ambos países y eso significa muchas muertes, incluso de mujeres embarazadas a las que les dicen que lo hagan para tener su hijo en EEUU, manifestó Arteaga, psicólogo clínico y experto en salud mental nacido en Cali (Colombia) que previamente trabajó para la ONG en Palestina y El Salvador.
Ante la falta de respuesta adecuada actual por parte de las autoridades, en ciudades del norte de México como Nuevo Laredo, Piedras Negras, Ciudad Acuña, Reynosa y Matamoros hay miles de personas provenientes de distintos países de Centroamérica, Venezuela y el Caribe que permanecen en la calle o hacinadas en albergues, sin acceso adecuado a bienes básicos y en condiciones insalubres y de inseguridad.
Télam: ¿En qué condiciones llegan los migrantes a las localidades fronterizas?
Juan Carlos Arteaga: La situación en la zona es fluctuante e intensa. Los gobiernos de algunos estados de México pactaron con el de Texas impedir o tratar de no favorecer el tránsito migratorio. No llegan buses desde Saltillo ni desde Monterrey (dos ciudades importantes de tránsito hacia el norte), entonces algunos vienen en tren, exponiéndose a grupos de delincuencia que los bajan y roban. También se considera un delito el transporte de personas migrantes porque lo pueden convertir jurídicamente en trata de personas. Entonces, ¿qué hacen los migrantes? Caminan, con temperaturas que alcanzan los 42 grados, deshidratados y con ampollas en los pies.
T: ¿Son siempre grandes caravanas?
JCA: Ayer vimos alrededor de 100 o 150 yendo a pie hasta Piedras Negras. Hay caravanas pequeñitas, grupos de ocho o 15, por ejemplo, para poder pasar sin que la policía los agarre. Comprobamos además que la gente está viniendo por lo que se llaman rancherías, es decir, por terrenos en medio del desierto, y alcanzamos a escuchar que hay cadáveres en esas zonas.
T: Además está el peligro de los grupos armados y la exposición a la violencia
JCA: Hay trata, secuestros y violencia sexual. Los secuestros son básicamente extorsivos: piden entre 6.000 a 7.000 dólares por persona como rescate. El crimen organizado no funciona de una misma manera en todos los estados porque a veces hay un poco más de presencia policial, pero siempre está el asunto de los coyotes que trafican a las personas. Hay grupos más agresivos y más violentos que hacen cosas muy fuertes como mutilación de miembros y tortura.
T: Esta semana se reunieron AMLO y Biden, ¿cuál es tu análisis desde el terreno sobre la política migratoria?
JCA: Estamos esperando a ver qué efecto va a traer esa reunión. Tengo entendido que el gobierno de Biden está abierto a flexibilizar la postura de la administración anterior. El asunto es que hay un choque de trenes porque los estados fronterizos de EEUU no están de acuerdo con eso. Algunas oleadas de migrantes en el pasado estuvieron vinculadas a pensar que se va a abrir un poco la frontera, que se va a derogar el Título 42 o el Quédate en México, y entonces emprenden el viaje hacia el norte y se exponen en el camino a la violencia, la inanición, los abusos y la deshidratación. Lo que sí puedo decir es que cuando se facilita un tránsito regular se mejoran las condiciones para los migrantes. Lo irregular implica tener que cruzar el río Bravo que divide ambos países y eso significa muchas muertes, incluso de mujeres embarazadas a las que les dicen que lo hagan para tener su hijo en EEUU.
T: ¿Qué trabajo hace MSF en el área de salud mental?
JCA: En el terreno encontramos mucha desesperación, angustia e incertidumbre. Haber vivido situaciones complicadas hace que la gente tenga cosas por resolver. No necesariamente un trauma, sino algo que llamamos disruptividad, que es que pueden tener un malestar y la atención psicológica permite encontrar recursos para enfrentarlo. Pero también encontramos diferentes niveles de estrés postraumático y casos de violencia sexual. Un elemento complejo con la migración es lo que se denomina el duelo migratorio y es que mucha gente deja todo para buscar una mejor vida y va encontrando en el camino que a veces la situación es igual o peor a lo que se enfrentaba en sus lugares de origen.
Con información de Télam