(Por Francisco Alcácer, enviado especial). El cambio climático y el precio de pan no dan tregua. La ONU advierte de hambrunas catastróficas en países pobres. Rusia, Turquía y Europa se disputan sacar el grano de Ucrania bloqueado por la guerra. El mundo habla de seguridad alimentaria, pero el tema no está en la agenda oficial de la Cumbre de las Américas que se realiza en la ciudad de Los Ángeles.
Con el telón de fondo del conflicto entre dos de los mayores productores de trigo del mundo, la problemática sí será abordada en las márgenes de la cumbre por funcionarios estadounidenses, aunque no estará en la mesa de discusiones entre el presidente Joe Biden y sus pares americanos, ni en la declaración final.
La jefa del organismo que distribuye la ayuda exterior de Estados Unidos (Usaid) tenía previsto dar hoy un discurso sobre "la creciente inseguridad alimentaria" en América y el desarrollo de sistemas alimentarios sustentables, equitativos y resistentes", informó el propio organismo, dependiente del Departamento de Estado, en un comunicado.
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La administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), Samantha Power, presidirá un panel de expertos que aportarán su visión, entre ellos el excanciller hondureño Eduardo Enrique Reina y el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (ICCA), el argentino Manuel Otero.
Un funcionario estadounidense dijo a periodistas que Biden anunciará esta semana en la cumbre de Los Ángeles más de 300 millones de dólares en ayuda económica para América Latina y el Caribe en caso de inseguridad alimentaria.
El comunicado de Usaid no aclaró si Power, exembajadora de Estados Unidos en la ONU, se referirá al anuncio de Biden cuando dé detalles en el encuentro los esfuerzos de Washington "para lidiar con el impacto de la crisis alimentaria global en América Latina y el Caribe", según la nota.
Otero tiene previsto presentar en el evento una serie de propuestas "para reforzar la acción colectiva en las Américas a fin de combatir la inseguridad alimentaria y asegurar el desarrollo sostenible", informó el ICCA, el organismo de agricultura de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Otero dijo hoy a Télam que valoraba la convocatoria de hace tiempo del Departamento de Estado a la reunión y el interés de Estados Unidos en el tema.
"Queremos ser de alguna manera los voceros que en esta reunión enfaticen que la seguridad alimentaria tiene que estar al tope de la agenda mundial", señaló.
"No puede haber hambruna. La conflictividad social por ese lado es un hecho que no está lejano. Entonces, sin querer dramatizar, nos parece que este es el tema", agregó.
Ucrania y Rusia producen un tercio del trigo mundial.
Ucrania dice que el bloqueo de sus puertos por Rusia le impide exportar 22.000 millones de toneladas de granos. Rusia, gran productor de fertilizantes, no puede venderlos en el mercado internacional -tampoco sus cereales- por sanciones occidentales.
En América Latina, la crisis ucraniana ha dejado en evidencia las enormes diferencias que hay en la producción de alimentos.
La región podría producir alimentos para abastecer a toda la población de sus países, pero debido a sus desigualdades y a factores climáticos, políticos y técnicos, como lo prevé el Programa Mundial de Alimentos (PAM), de la ONU, América Latina atravesaría una aguda crisis de inseguridad alimentaria.
De acuerdo con el PAM, antes de la invasión de Rusia a Ucrania, cerca de 9,3 millones de latinoamericanos ya sufrían inseguridad alimentaria. Ahora, en el transcurso de la invasión y el recrudecimiento del conflicto, se espera que esta cifra aumente a 13,3 millones de personas.
El panorama también es desolador en África. La ONU ha dicho que los países africanos, entre los más vulnerables en términos alimentarios, importaron de Ucrania y Rusia el 44% de los granos que consumieron entre 2018 y 2020.
Según datos de la Unión Africana (UA), fertilizantes en África son tres veces más caros ahora que en 2001, y casi no hay. Perú es de los países sudamericanos más afectados por la falta de fertilizantes.
Argentina produce urea, de los fertilizantes más usados, pero la demanda ha superado la producción, con la consecuente necesidad de importaciones.
De acuerdo con estimaciones, la producción de cereales en África caerá entre un 20% y un 50%".
Según advirtieron esta semana dos organismos de la ONU, la falta de comida se volverá más habitual por factores climáticos a los que se suma la escalada mundial del precio de los de los alimentos causada por la guerra en Ucrania y la pandemia de coronavirus.
"A más crisis, tiene que haber más cooperación internacional, más articulación entre lo público y lo privado, y esto encierra una oportunidad para algunos países del continente y la necesidad de tener más comercio, sobre todo con las regiones vulnerables", dijo Otero.
El director del ICCA -uno de los dos argentinos que preside un organismo internacional-, adelantó a Télam que sus propuestas a los líderes reunidos en la cumbre tendrán foco en el fortalecimiento y la transformación de sus sistemas agroalimentarios.
"Esto es fundamental para la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y, también, para la búsqueda de paz y estabilidad democrática", dijo.
Otero preside el ICCA desde 2018. El organismo tiene su sede en San José de Costa Rica.
El otro argentino que preside un organismo internacional es Rafael Grossi, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dependiente de la ONU y con sede en Viena, Austria.
Con información de Télam