Biden cierra una Cumbre de las Américas marcada por las diferencias

10 de junio, 2022 | 14.31

(Agrega reanudación de las sesiones plenarias)

(Por Francisco Alcácer, enviado especial) - Jefes de Estado y de Gobierno cerraban hoy en Los Ángeles una polémica Cumbre de las Américas pensada para reconectar a Estados Unidos con el hemisferio pero que pronto exhibió abierta discordia entre Washington y una región en pleno viraje político.

El presidente estadounidense, Joe Biden, y sus pares del continente aprobarán esta tarde un comunicado final del encuentro con compromisos sobre democracia, economía, clima y pandemias por venir, así como una declaración con un plan de acción para los países que acogen grandes cantidades de migrantes y refugiados.

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Pero la cumbre se acerca a su fin con más pena que gloria tras haber exhibido serias diferencias entre Biden y otros mandatarios, sobre todo tras la decisión de Estados Unidos de excluir a Cuba, Nicaragua y Venezuela por considerarlos dictaduras, lo que derivó en la ausencia de los presidentes de México y varios países centroamericanos.

La "Declaración de Los Ángeles" sobre inmigración quizás sea el mayor logro de la cumbre para Biden, por tratarse de una cuestión continental de alto impacto electoral en su país, cuyo tratamiento en Los Ángeles le suma votos al mandatario en un año electoral clave en el que se renueva el Congreso estadounidense.

La declaración incluye una serie de principios e iniciativas que incluyen facilitar el ingreso legal de personas a países de destino, ayudar a poblaciones afectadas por la migración, responder a la emergencia humanitaria en las fronteras de manera coordinada, dijo hoy a periodistas un funcionario estadounidense.

Los líderes retomaron hoy las sesiones iniciadas ayer en un gran centro de convenciones en el corazón de Los Ángeles. En total habrá dos plenarias, con un almuerzo en el medio y la foto de familia al finalizar.

El presidente Joe Biden no estaba presente en la primera de las dos sesiones previstas para hoy, que era encabezada en su lugar por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.

El trabajo ocurre dentro de una sala parecida a la de un teatro con centenares de asientos y un podio para los oradores, una escenografía inusual para la Cumbre de las Américas, que en ediciones previas presentaba a los presidentes y primeros ministros sentados uno al lado del otro, hablando a su turno desde su asiento.

Las discusiones culminarán a las 17:15 (las 21:15 en Argentina).

El Gobierno de Biden diseñó la cumbre con el doble fin de dar un poco más de pelea a las inversiones de China en las Américas y mostrarse diligente respecto al rema de los cientos de miles de migrantes que llegan todos los años a la frontera sur de Estados Unidos en grandes caravanas procedentes de Centroamérica.

El primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, el primer líder en tomar hoy la palabra, dijo que China está jugando "un rol constructivo en la región" y urgió a Estados Unidos a cooperar con Beijing.

"Estados Unidos no puede hacer todo por sí solo. En las áreas de desarrollo de infraestructura y la construcción de recursos energéticos renovables, la cooperación entre Estados Unidos y China puede acelerar el paso de la transformación económica en las Américas", dijo Browne.

Ayer, al abrir las sesiones plenarias, Biden volvió a hacer una defensa de la democracia y dijo que no había razón "por la que el Hemisferio Occidental no sea la región más democrática, la más próspera, pacífica y segura del mundo".

Pero apenas culminó el discurso del anfitrión, el presidente Alberto Fernández y el primer ministro de Belice cuestionaron la decisión de las exclusiones, que Washington justificó en que ve a los Gobiernos cubano, venezolano y nicaragüense como dictaduras.

Más tarde, Biden se reunió con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien ha denunciado sin pruebas un posible fraude en las elecciones de este año en su país que, según los sondeos, perdería con el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

En las plenarias, Fernández dijo que la Organización de los Estados Americanos (OEA) "facilitó" un golpe de Estado en Bolivia y que su secretario general, Luis Almagro, que tiene estrecha relación con Washington, debe ser removido.

"El silencio de los ausentes nos interpela", planteó Fernández.

"Para que esto no vuelva a suceder, quisiera dejar sentado para el futuro que el hecho de ser país anfitrión de la Cumbre no otorga la capacidad de imponer un derecho de admisión sobre los países miembros del continente", señaló, cara a cara con Biden.

El premier beliceño John Briceño ya había lanzado críticas en su intervención y pedido el fin del bloque estadounidense a Cuba.

"Esta cumbre pertenece a todas las Américas, y es por lo tanto inexcusable que haya países de las Américas que no estén acá, y el poder de esta cumbre se ve disminuido por su ausencia", dijo.

Las intervenciones representaron otro revés diplomático para Biden luego de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, decidiera no asistir a la cumbre por las exclusiones.

El presidente de Bolivia, Luis Arce, que también acusó a la OEA de promover el golpe de Estado de 2019 contra su mentor político, el expresidente Evo Morales, y la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, tampoco vinieron, y por el mismo motivo.

Tanto López Obrador como Arce y Castro son dirigentes de izquierda, como Lula.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, otro mandatario de izquierda asumido este año, dijo esta semana que las exclusiones habían sido un error pero también señaló que en Cuba había presos políticos.

La cumbre se celebra a la sombra de la guerra entre Rusia y Ucrania, que disparó el precio de los alimentos, agravó problemas en las cadenas de abastecimiento y volvió a poner en riesgo de recesión a la economía mundial justo cuando salía del trauma del coronavirus.

Con información de Télam