(Actualiza con inicio de negociaciones Bielorrusia-Alemania)
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, iniciarán inmediatamente negociaciones para resolver la crisis migratoria en las fronteras de la Unión Europea (UE), en tanto el Gobierno de Polonia advirtió que esa disputa podría durar meses, incluso años.
Merkel y Lukashenko "acordaron que el problema en su conjunto se elevará al nivel de Bielorrusia y la UE", indicó la agencia estatal de noticias bielorrusa Belta, citando el servicio de prensa del presidente bielorruso, y añadió que los funcionarios de ambas partes iniciarán inmediatamente las negociaciones".
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"Es en ese contexto que se examinará el deseo de los refugiados de ir a Alemania", agregó el comunicado.
"Las partes han llegado a cierto entendimiento sobre cómo actuar y avanzar para resolver los problemas existentes", indicó el comunicado, luego de la conversación telefónica que Lukashenko mantuvo con la canciller alemana.
El inicio de las conversaciones se da en simultáneo con la advertencia del ministro de Defensa de Polonia, para quien la ya prolongada disputa migratoria "podría durar meses, incluso años" más.
"La situación en la frontera polaco-bielorrusa no se resolverá rápidamente. Tenemos que prepararnos para meses, incluso años", declaró el ministro Mariusz Blaszczak a la radio pública polaca PR1.
Ayer, fuerzas de seguridad polacas desplegadas en la zona emplearon gases lacrimógenos y desplegaron cañones de agua para dispersar a los migrantes que les arrojaban piedras para intentar acceder a Polonia y, por ende, a la UE, y hubo otro intento a la noche, según Blaszczak.
En el lado bielorruso, miles de personas, entre ellas mujeres y niños, procedentes mayoritariamente de Medio Oriente, siguen instaladas en improvisados campamentos y encendiendo hogueras para protegerse de las gélidas temperaturas.
La UE acusa a Lukashenko de alentar esta crisis como represalia a sanciones que el bloque aplicó a su Gobierno por reprimir protestas tras su reelección el año pasado.
Pero tanto Lukashenko como su principal aliado, el presidente ruso, Vladimir Putin, así como organizaciones de derechos humanos, han rechazado estas acusaciones y critican al bloque comunitario por no aceptar a migrantes en necesidad.
El uso de gases lacrimógenos y cañones de agua de ayer no desalentó a las personas migrantes para lanzar nuevos intentos de cruzar la frontera durante la noche.
"Desgraciadamente la noche tampoco fue tranquila. Los métodos de ataque a la frontera polaca siguen siendo los mismos. Pequeños grupos de migrantes también intentaron cruzar la frontera en otras partes", declaró el ministro de Defensa polaco, informó la agencia de noticias AFP.
Con una postura rígida contra la inmigración, el Gobierno nacionalista polaco recurrió en numerosas ocasiones a un lenguaje bélico en esta crisis, que calificó recientemente como un "nuevo tipo de guerra".
Los guardias fronterizos polacos registraron anoche un total de "161 intentos de cruces ilegales" de fronteras, incluyendo "dos tentativas de paso por la fuerza", dijo hoy la Guardia Fronteriza polaca en un comunicado.
Los países en los confines orientales de la UE -Polonia, Letonia y Lituania- rechazaron acoger a estos migrantes, muchos de los cuales denuncian ser presionados por detrás por fuerzas bielorrusas para cruzar la frontera.
Grupos de ayuda cifran en al menos 11 los migrantes que han muerto a ambos lados de la frontera desde el inicio de la crisis, a mediados de este año, y piden una respuesta humanitaria.
Con información de Télam