El socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, de 66 años, fue reelecto este domingo como presidente de Alemania por un amplio apoyo de todas las fuerzas políticas del país, reunidas en la Asamblea Federal. De esta manera, Steinmeier, iniciará su segundo mandato de cinco años bajo una figura de consenso.
“Cuando se trata de democracia, no soy neutral –lanzó Steinmeier en su breve discurso tras ser elegido por 1.045 votos de los 1.472 posibles-. Quien lucha por la democracia, me tendrá de su parte. Quien ataca a la democracia, me tendrá como adversario”, enfatizó Steinmeier ante la Asamblea, compuesta por 736 miembros del Parlamento nacional y por delegados representativos de los 16 estados federales. Su nuevo mandato empieza el 18 de marzo.
Su reelección se da por el apoyo de tres partidos que forman la coalición gubernamental, los socialdemócratas (SPD), Los Verdes y el Partido Liberal (FDP). Pero además sumó el apoyo de las dos formaciones democristianas en la oposición, la CDU y su socio bávaro CSU.
Frente al jefe de gobierno, el canciller Olaf Scholz, el presidente enfatizó que hará todo lo posible para "ayudar a curar las heridas sociales" causadas por la pandemia del COVID-19 y advirtió que evitará la confrontación con los sectores más radicales: “Aquellos que difunden odio y mentiras en plena situación de angustia por la pandemia, que fabulan sobre la dictadura del coronavirus y que no escatiman amenazas, incluso violencia, contra policías, enfermeras o alcaldes, les digo: Estoy aquí, aquí me quedo”.
Además, calificó al odio y la violencia como “las líneas rojas” que no pueden cruzarse.
Tras su victoria, el canciller Scholz, también dirigente socialdemócrata, se refirió a Steinmeier como “el presidente correcto en el momento preciso”, en medio del conflicto mundial por la amenaza de un conflicto bélico en Ucrania con Rusia y luego del reciente cambio de Gobierno que lo llevó al poder en Alemania, tras los 16 años de Angela Merkel.
Cuál es el rol del presidente de Alemania
El presidente de Alemania es jefe de Estado y no de gobierno. De esta manera, el cargo es mayormente honorífico ya que el verdadero poder en Alemania recae en el jefe de Gobierno, el canciller federal, puesto que hoy ocupa Scholz.
Sus funciones son predominantemente representativas dentro del país y en el extranjero, si bien entre sus competencias figuran refrendar con su firma las leyes aprobadas por el Poder Legislativo, y oficializar el nombramiento de canciller, ministros, jueces y algunos altos funcionarios. No obstante, su rol no es insignificante: el presidente federal es considerado una autoridad moral fundamental y sus discursos son claves para la sociedad.
Por eso, el presidente alemán se elige cada cinco años por medio de la convocatoria de la Asamblea Federal que tiene como único objetivo elegir al jefe del Estado. En esta ocasión, la asamblea estuvo formada por 736 miembros del Parlamento y el mismo número de representantes de los 16 Estados federados, es decir, 1.472 miembros, una cifra récord.