(Agrega declaraciones de los organizadores de la manifestación)
Activistas contra la extensión de una mina de carbón a cielo abierto en Alemania acusaron hoy a la Policía de haber recurrido a la "violencia" para reprimir su protesta de la víspera en el pueblo occidental de Lützerath, que derivó en enfrentamientos que dejaron decenas de agentes y manifestantes heridos.
Una vocera de los organizadores de la protesta, Indigo Drau, acusó a la policía de haber ejercido "violencia pura" contra los manifestantes, que fueron golpeados "sin control" por los agentes, principalmente en la cabeza, informó la agencia de noticias AFP.
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El colectivo Lützerath lebt! (¡Lützerath vive!) mencionó decenas de heridos entre los activistas, debido a mordeduras de perro y cañones de agua, y el socorrista Birte Schramm declaró que al menos 20 activistas habían sido trasladados al hospital.
Por su parte, la Policía afirmó que cerca de 70 miembros de la fuerza resultaron heridos en los enfrentamientos, y que se emprendieron acciones legales contra unas 150 personas.
Este domingo, la situación era "muy tranquila" en la zona, según la Policía.
Ayer, policías reprimieron con camiones hidrantes y palos a los manifestantes durante la convocatoria encabezada por la activista Greta Thunberg, que reunió a unas 35.000 personas, según los organizadores y 15.000, según la Policía.
Lützerath, propiedad ahora de la empresa energética RWE y ubicado al oeste de Colonia, llevaba días acordonado y rodeado por una doble valla. Actualmente se están demoliendo los pocos edificios que quedan en el asentamiento para que RWE pueda excavar el lignito que hay debajo.
De acuerdo con las fuerzas de seguridad, cientos de militantes trataron también de penetrar en zonas prohibidas de la mina de lignito.
La Policía dijo que hizo retroceder por la fuerza a los manifestantes después de advertirles que caminar hasta el borde del pozo podía poner en peligro sus vidas porque el suelo está reblandecido por la lluvia y hay riesgo de desprendimientos.
La operación de evacuación, que comenzó esta semana, movilizó refuerzos policiales de toda Alemania.
La marcha se organizó en apoyo a los activistas que ocupan el lugar abandonado.
El Gobierno alemán considera necesaria la extensión de la mina, una de las más grandes de Europa, para garantizar la seguridad energética de Alemania tras la interrupción del suministro de gas ruso, una de las consecuencias devenidas de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Los detractores del plan rechazan este argumento y alegan que las reservas actuales de lignito son suficientes.
Con información de Télam