ONU exige al Gobierno talibán el fin de los castigos corporales en Afganistán

08 de mayo, 2023 | 16.49

Naciones Unidas acusó hoy al Gobierno talibán de Afganistán de lapidaciones, latigazos y otras flagelaciones y exigió al movimiento islamista radical el cese inmediato de estas prácticas.

Según un informe publicado por la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (Unama, por sus siglas en inglés) sólo en los últimos seis meses, 274 hombres, 58 mujeres y dos niños fueron azotados públicamente.

El informe denunció otros castigos corporales, incluyendo latigazos, flagelaciones o lapidaciones, obligar a la gente a permanecer de pie en agua fría y afeitarse la cabeza a la fuerza, aplicados por los talibanes desde su regreso al poder, en agosto de 2021.

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"El castigo corporal es una violación de la Convención contra la Tortura y debe cesar", declaró la jefa de derechos humanos de la Unama, Fiona Frazer, quien resaltó que la ONU se opone a la pena de muerte y exige una moratoria inmediata de las ejecuciones.

El Consejo de Derechos Humanos y los órganos de tratados de derechos humanos declararon que los castigos corporales constituyen una forma de tortura o de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, en contravención de las normas internacionales de derechos humanos, y pidieron su abolición, dijo el informe.

El ministro de Relaciones Exteriores talibán, Amir Khan Muttaqi, por su parte, dijo que las leyes afganas fueron dictadas de acuerdo con los principios y guías de las leyes islámicas.

El argumento fue rechazado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, según el cual “los Estados que aplican el derecho religioso están obligados a hacerlo de manera que se evite la aplicación en la práctica de castigos corporales que causen dolor”.

Los talibanes implementaron los castigos corporales poco después de tomar por la fuerza el poder en Afganistán tras derrotar al anterior Gobierno y a fuerzas estadounidenses que lo apoyaban tras 20 años de guerra insurgente.

Sólo entre el 15 de agosto de 2021 y el 12 de noviembre de 2022, la Unama dijo que documentó al menos 18 casos de castigos corporales judiciales llevados a cabo por tribunales provinciales, de distrito y de apelación de facto.

Entre esos casos, dos niñas, 20 mujeres y 33 hombres fueron castigados, la gran mayoría por cuestiones de adulterio o huidas del hogar, si bien hay otras acusaciones por robo, homosexualidad, consumo de alcohol, fraude y tráfico de drogas, dijo el informe.

La condena fue de 30 a 39 latigazos, pero la Unama dijo en su informe, publicado en Internet, que "en algunos casos, las personas recibieron hasta 80 o 100 latigazos".

A todo esto se añade que los talibanes fueron restringiendo cada vez más los derechos de las mujeres y niñas, al punto de que no pueden recibir enseñanza secundaria ni universitaria, no pueden trabajar en la función pública ni en oenegés o agencias de la ONU ni viajar sin la compañía de un hombre.

Tampoco pueden ir a las casas de baño comunales, que se usan tradicionalmente para hacer una limpieza y purificación ritual, de acuerdo a la ley islámica, y que es, para muchas mujeres, la única posibilidad de acceder a un baño con agua caliente en los meses más fríos.

La situación de las mujeres en Afganistán generó un rechazo unánime y sostenido de la comunidad internacional y el secretario general de la ONU, António Guterres, la calificó de violación inaceptable.

El informe añadió que el castigo corporal, además de constituir una violación del derecho internacional de los derechos humanos, puede infligir graves daños físicos y mentales a quienes lo padecen.

La financiación de los servicios de apoyo médico y psicosocial disminuyeron a causa de la situación política y la crisis humanitaria que atraviesa Afganistán, por lo que, según el informe, las personas que sufren daños como consecuencia del castigo corporal tienen menos probabilidades de acceder a los servicios.

Durante el primer régimen talibán en Afganistán, entre 1996 y 2001, el castigo corporal y las ejecuciones eran realizados por un funcionario, a menudo en espacios públicos muy amplios, como canchas de fútbol o intersecciones importantes.

Con información de Télam