Los talibanes celebran su primer aniversario en el poder sin cumplir promesas de respetar los DDHH

15 de agosto, 2022 | 12.48

Con gritos de victoria cerca de la antigua embajada estadounidense en Kabul, los talibanes celebraron hoy el primer aniversario de su regreso al poder en Afganistán tras 20 años, un año turbulento marcado por el incumplimiento de las promesas sobre los derechos más elementales, específicamente entre las mujeres, que acumulan carencias y retrocesos, además de agravamiento de la crisis humanitaria.

El 15 de agosto de 2021 los islamistas radicales capturaron Kabul tras una ofensiva relámpago contra las fuerzas gubernamentales, en medio de un cambio de estrategia de la política exterior de Estados Unidos, que concluyó su intervención militar de dos década en el país asiático y se centró más en su disputa hegemónica con China.

Esto dio inicio a la evacuación de civiles y fuerzas militares extranjeras, además de miles de afganos desde el aeropuerto de la capital, durante varios días, éxodo que se vio violentamente golpeado el 26 de agosto con un ataque suicida reivindicado por la rama local del Estado Islámico, enemigo de los talibanes, que dejó más de 100 muertos.

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Las imágenes de multitudes irrumpiendo en el aeropuerto, subiendo a aviones, algunos colgados de aeronaves militares de carga cuando estaban por despegar, aparecieron en los noticieros de todo el mundo.

En Kabul, los islamistas controlaron las riendas del país que habían gobernado entre 1996 y 2001, prometiendo una versión menos rígida del duro mando islamista de su primer Gobierno.

La promesa, que buscó que Occidente no congelara sus reservas ni suspendiera la ayuda humanitaria, se diluyó rápidamente y el nuevo Gobierno de facto, compuesto por figuras de la línea más dura del movimiento, sin mujeres, impuso un conjunto enorme de restricciones sobre las mujeres, en línea con su visión del islam.

"Cumplimos la obligación de la yihad y liberamos nuestro país", afirmó hoy durante las celebraciones Niamatulah Hekmat, un combatiente que ingresó a Kabul en esa fecha.

"Hoy es el día de la victoria y de la felicidad para los musulmanes y el pueblo afgano. Es el día de la conquista y de la victoria de la bandera blanca" del Emirato islámico, declaró en Twitter el portavoz del gobierno afgano, Bilal Karimi.

Hoy, un día declarado feriado a última hora de ayer por el Emirato talibán, muchos afganos capturaban "selfies" en la Plaza Masud, una gran rotonda adornada con banderas blancas del Emirato islámico, frente a la antigua embajada de Estados Unidos, informó la agencia de noticias AFP.

"¡Viva el Emirato islámico! ¡Alá es grande!", gritaron los talibanes en esta concentración espontánea.

En las calles capitalinas, bajo un cielo gris, la circulación era escasa, aunque como de costumbre se veían patrullas de talibanes armados en camionetas y retenes.

Los combatientes talibanes expresaron alegría en este primer aniversario de que su movimiento esté en el poder, pese a que las agencias de ayuda dicen que la mitad del país de 38 millones enfrenta pobreza extrema.

"Cuando entramos en Kabul y se fueron los americanos, esos sí que fueron momentos de alegría", comentó Hekmat, actual miembro de las fuerzas especiales que resguardan el palacio presidencial.

Sin embargo, para millones de afganos comunes, particularmente las mujeres, el regreso de los talibanes sólo vino a agravar las dificultades.

Por eso, el aspecto de la capital afgana, de cuatro millones de habitantes, parecía tranquilo, y la alegría se centraba en los talibanes que interrumpían esa tranquilidad con el constante paso de desfiles de caravanas.

Decenas de miles de niñas quedaron excluidas de la educación secundaria, mientras a las mujeres adultas se les impidió acceder a numerosos cargos públicos y viajar solas fuera de su ciudad.

En mayo recibieron órdenes de cubrirse de pies a cabeza en público, idealmente con una burka.

"Desde el día en que llegaron, la vida perdió sentido", lamentó Ogai Amail, residente de Kabul. "Nos han arrebatado todo, han ingresado incluso a nuestro espacio privado".

El sábado pasado en Kabul, los talibanes dispersaron a culatazos y con tiros al aire una concentración de unas 40 mujeres que se manifestaban por el derecho al trabajo y la educación.

Hoy unas 30 se reunieron en casa de una de ellas y publicaron fotos en redes sociales con eslóganes como "la historia de Afganistán siente vergüenza del cierre de las escuelas" para las niñas.

"Nuestra defensa de la justicia se ha visto silenciada por los disparos, pero hoy seguimos pidiéndola desde nuestra casa", declaró por mensajería a la prensa una manifestante, Munisa Mubariz.

Aunque los afganos reconocen que la violencia ha disminuido desde la llegada de los talibanes, la crisis humanitaria tiene a muchos desesperados. La ayuda internacional, que financiaba el 80% del presupuesto afgano está apenas reanudándose después de verse por completo interrumpida.

"Gente que viene a nuestras tiendas se queja mucho de los precios altos", declaró Noor Mohammad, a cargo de una tienda en Kandahar, centro de poder de los talibanes.

Hoy, el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) llamó a "no olvidar a las mujeres y niñas afganas" pese a otras importantes crisis que afectan al mundo.

"Mientras el mundo enfrenta numerosas crisis que se superponen, no debemos olvidar a las mujeres y niñas afganas. Cuando a las mujeres y niñas se les niegan sus derechos básicos, todos nos vemos afectados", dijo Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, al denunciar la "erosión continua" de los derechos de las mujeres, desde la educación hasta el acceso a la salud.

"Un año después de que los talibanes tomaran el poder, el país se encuentra inmerso en una profunda crisis económica y humanitaria. El aumento vertiginoso de los precios de los alimentos y la energía, exacerbado por la sequía y la guerra en Ucrania, ha provocado que alrededor del 95% de la población y casi todos los hogares encabezados por mujeres no tengan suficiente para comer", agregó en un comunicado.

Ayer, la ONU denunció un "deterioro diario y continuo" de la situación de las mujeres y niñas afganas.

"Esto ha abarcado todos los aspectos de sus derechos humanos, desde el nivel de vida hasta el estatus social y político. Ha sido un año de creciente falta de respeto por su derecho a vivir una vida libre e igualitaria, al negarles la oportunidad de ganarse la vida, el acceso a la atención médica y la educación y a escapar de situaciones de violencia", señaló en un comunicado ONU Mujeres, que es una de las entidades humanitarias presentes en el país.

Hasta el momento, ningún país ha reconocido al régimen de los talibanes, y la ONU aprovechó el primer aniversario para afirmar públicamente que las mujeres y niñas afganas sufrieron un "deterioro diario y continuo" de su situación en el primer año de Gobierno talibán.

Con información de Télam