Una exsecretaria de un campo nazi de 97 años, condenada recientemente a dos años de prisión en suspenso por complicidad en el asesinato de más de 10.000 personas, apelará su condena, informó hoy el tribunal de la ciudad alemana de Itzehoe.
El tribunal federal de justicia examinará posibles vicios de procedimiento, dijo una vocera del tribunal en un comunicado. Hasta entonces, el veredicto "no es vinculante".
Irmgard Furchner, de 97 años, fue condenada el 20 de diciembre a dos años de prisión con suspensión de condena en uno de los últimos juicios contra el nazismo en Alemania.
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Está acusada de complicidad en más de 10.000 asesinatos en el campo de Stutthof, en la actual Polonia, y estaba siendo juzgada desde septiembre de 2021.
La sentencia siguió la petición de la fiscalía, que había subrayado la "excepcional trascendencia histórica" de este juicio, con una sentencia ante todo "simbólica".
Sus dos abogados, en cambio, habían pedido el sobreseimiento del caso. Según ellos, el juicio no demostró que tuviera conocimiento de los asesinatos sistemáticos en Stutthof.
El tribunal estimó, sin embargo, que "el olor de los cadáveres era omnipresente" y es "inimaginable que la acusada no se hubiera dado cuenta de nada", consignó la agencia de noticias AFP.
Furchner, la primera mujer procesada en décadas en Alemania por los crímenes de la época nazi, dijo que "lamentaba todo lo ocurrido" y que "se arrepentía de haber estado en Stutthof en aquel momento".
Sus abogados habían pedido la absolución, diciendo que las pruebas presentadas durante el proceso "no habían demostrado más allá de la duda" que esta mujer sabía de los asesinatos.
La acusada era una adolescente cuando se cometieron sus presuntos delitos y, por lo tanto, fue juzgada por un tribunal de menores.
Se estima que 65.000 personas murieron en el campo cerca de la actual Gdansk, incluidos "prisioneros judíos, partisanos polacos y presos de guerra ruso-soviéticos", indicaron los fiscales.
Entre junio de 1943 y abril de 1945, Furchner trabajó en la oficina del comandante del campo, Paul Werner Hoppe.
Según el caso, Furchner tomó el dictado de las órdenes del oficial de la SS y llevó su correspondencia.
Durante las audiencias, varios sobrevivientes del campamento de Stutthof revelaron relatos desgarradores de su sufrimiento.
La fiscal Maxi Wantzen señaló a los jueces que el trabajo administrativo de la acusada "aseguró el buen funcionamiento del campo" y le otorgó, además, "el conocimiento de todos los sucesos en Stutthof".
Asimismo, indicó que "las condiciones que amenazan la vida" como la escasez de alimentos y agua, y la propagación de enfermedades mortales, incluido el tifus, se mantuvieron de manera intencionada y resultaron evidentes.
Aunque las pésimas condiciones del campo y los trabajos forzados provocaron la mayor parte de las muertes, los nazis también utilizaron las cámaras de gas e instalaciones de ejecución por fusilamiento para exterminar a cientos de personas consideradas no aptas para el trabajo.
Setenta y siete años después del final de la Segunda Guerra Mundial está llegando a su fin el tiempo para llevar ante la justicia a los criminales vinculados con el Holocausto.
En los últimos años debieron ser abandonadas varias causas porque el acusado había muerto o no podía comparecer ante el tribunal.
La condena de 2011 del antiguo guardia John Demjanjuk, sobre la base de que formó parte de la maquinaria de matar de Adolf Hitler, sentó un precedente legal y allanó el camino para varios juicios.
Desde entonces, los tribunales han dictado varios veredictos de culpabilidad por esos motivos y no por asesinatos o atrocidades directamente relacionados con el acusado.
Con información de Télam