Luego de recibir a Javier Milei y de entregarle la ciudadanía de su país, la primera ministra italiana puso en duda su firma para el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea anunciado en los primeros días de diciembre. "Debemos garantizar para nuestros agricultores los necesarios mecanismos de salvaguarda", dijo Giorgia Meloni ante el parlamento antes del encuentro del Consejo Europeo. Más allá de la confirmación de un lado y otro del Atlántico, algunos de los capítulos deben ser aprobados por los parlamentos de los 27 países que conforman la UE.
"Debemos garantizar para nuestros agricultores los necesarios mecanismos de salvaguarda", precisó Meloni. Para ella debe quedar también garantizado el "crecimiento" de la agricultura europea. “Sin reequilibrio no hay apoyo para el acuerdo del Mercosur", sostuvo la dirigenta ultraderechista. "Italia comparte la oportunidad de seguir invirtiendo en América Latina, un continente muy similar a Italia que corremos el riesgo de abandonar a actores globales no occidentales", dijo.
Para el caso, la premier hizo referencia al impacto de estos acuerdos en el sector agrícola y en los productores que "muchas veces han pagado el precio más alto porque otros países no respetan las mismas normas alimentarias que imponemos a nuestros productores. El acuerdo debe ofrecer garantías concretas y oportunidades de crecimiento también para el mundo agrícola europeo".
Ese es uno de los principales argumentos que levantaron los productores franceses y que llevaron a que el presidente, Emmanuel Macron, iniciara una fuerte campaña en contra de la alianza que incluye a 700 millones de personas con una expectativa de más de 20 billones de dólares. A él se sumaron Bélgica y Polonia, al menos. Todas economías similares a las del Mercosur que perciben el riesgo de competencia.
"El acuerdo está en estudio y apoyaremos nuestras creencias tomándonos el tiempo necesario para ver si nuestras solicitudes serán satisfechas", indicó.
Acuerdo Mercosur UE
El Acuerdo fue anunciado durante el último cónclave de presidentes del Mercosur, que se realizó en Uruguay. Las negociaciones llevaron más de 20 años. En 2019, se llegó al cierre del acuerdo político, pero una serie de normas ambientales y fuertes sanciones para los países sudamericanos hicieron que el entonces recién asumido Luiz Inácio Lula da Silva le pusiera un freno y pidiera la reconfiguración de esos puntos, que ahora entran en conflicto con países como Francia.
Ahora que ya fue anunciado el cierre del acuerdo, el documento debe pasar por una revisión legal y una traducción oficial a todos los idiomas de la UE, recién en ese momento estará listo para la firma, para que luego pase al Consejo Europeo -que reúne a todos los gobiernos- para su deliberación. Allí, deberá ser aprobado por el 55% de los países, que representan el 65% de la población total del bloque y es en ese punto que una coalición de pequeños países productores pueden llegar a obstaculizar su definitiva sanción.
Luego, cada uno de los 27 parlamentos de la UE debe aprobar el documento -especialmente los capítulos de cooperación política y ambiental-. Lo mismo para los socios del Mercosur.