En 1990, en el marco del V Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, se eligió al 28 de septiembre como el Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe. La propuesta la realizó la delegación brasilera, porque un día como hoy pero de 1888, en Brasil se declaró la “libertad de vientres”, que apuntaba a que todas las hijas e hijos nacidos de mujeres esclavas fueran libres.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), 7 millones de personas se someten a abortos por año en el mundo. En nuestra región, el 10% de las muertes de personas gestantes se dan durante la práctica. Además, según el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas), casi el 18% de los partos en Latinoamérica y el Caribe corresponden a menores de 20 años de edad, razón por la cual, cada año, cerca de un millón y medio de adolescentes de entre 15 y 19 años dan a luz.
Por otro lado, las penas por abortar fuera de lo determinado por las leyes pueden ir de 6 meses a 50 años de prisión, dependiendo el país donde se aplique. Un ejemplo de esto último es lo sucedido en El Salvador en junio del 2020, cuando una joven de 19 años tuvo un aborto espontáneo en el baño y se le dio una pena de 50 años de prisión. A pesar de que no está permitida la práctica bajo ninguna circunstancia, es la primera vez que alguien recibe una pena tan dura en dicho país, desde que la práctica comenzó a penalizarse hace más de veinte años.
Pero, ¿en qué situación se encuentra la interrupción legal del embarazo en esos países? ¿La “ola verde” llegó a todos ellos? Solo en Colombia, Argentina, México, Uruguay, Cuba, Guyana y Guyana Francesa el aborto es legal, aunque en algunos de estos países la aplicación es diversa y depende de los gobiernos locales (México es un ejemplo de ello).
Mientras que en El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Haití está prohibido en todos los casos, en el resto, la legislación es por causal: Paraguay, Venezuela, Guatemala, Perú y Costa Rica despenalizaron la práctica solo cuando la vida o la salud de la persona gestante corre peligro.
En Chile el aborto es no punible (desde 2017) en tres supuestos: peligro para la vida de la persona gestante, inviabilidad del feto y embarazo por violación. La legalización estaba planteada en la nueva Carta Magna, que fue rechazada en el plebiscito de principios de septiembre.
En Brasil está penado excepto en casos de violación o inviabilidad del feto, legislación que podría ser modificada si Vera Lúcia, del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU), y/o Sofía Manzano, del Partido Comunista de Brasil (PCB), ganan las presidenciales de este domingo, ya que son las únicas dos candidatas a la presidencia que se manifestaron a favor de la práctica.
En Bolivia lo que hace que el aborto sea no punible es el articulo 266 que protege la interrupción en casos de violación, incesto, rapto no seguido por matrimonio y si peligro de la “madre”, siempre y cuando posean una autorización judicial.
En Ecuador el aborto está permitido en caso de amenaza a la vida o la salud de la persona gestante, inviabilidad del feto y violación (esto último fue decidio en febrero del corriente y obligó a rebajar de 16 a 12 semanas el tiempo para interrumpir el embarazo de las adultas, mientras que en el caso de las menores y las mujeres de sectores rurales o pueblos originarios podrán hacerlo hasta la 18).
Diferentes palabras y colores, una misma lucha
Si bien en toda movilización a favor de la legalización o despenalización del aborto hay algo de color verde, no es ese el pañuelo que utilizan en todos los países: en Perú, Ecuador y Costa Rica eligieron otros colores y hasta otras frases o imágenes.
En Colombia comenzó siendo amarillo y se modificó al verde argentino, mientras que en Perú es color pastel y puede leerse en él la frase “Libre opción, sí a la legalización” y en Ecuador eligieron el lila donde se lee “Ecuador elige libertad de decisión, no imposición”. Costa Rica, por su parte, optó por el violeta con el “símbolo de la mujer” (puño en alto) en el centro.
Quienes decidieron adoptar el color de la Campaña Nacional por el Derecho Al Aborto Legal, Seguro y Gratuito son: México (que en principio fue blanco con una flor en el centro y donde actualmente se destaca la frase “María fue consultada para ser madre de Jesús”), Uruguay, Cuba, Puerto Rico (que en junio de este año aprobó la “Ley para la Protección del Concebido en su Etapa Gestacional de Viabilidad”, permitiendo la práctica únicamente si la persona gestante está en peligro de muerte o incapacidad severa, por anomalía fetal incompatible con la vida o por determinación médica de inviabilidad fetal), El Salvador (que decidió poner en el “Decidir es mi derecho” y prohíbe la interrupción en todos los casos sin excepción), Paraguay, República Dominicana, Guatemala (donde desde marzo de este año la interrumpción voluntaria del embarazo solo está permitida como “aborto terapéutico” -cuando está en peligro la vida de la “madre”-), Bolivia y Chile (en el cual puede leerse “Aborto libre, seguro y gratuito #NoAlcanzaCon3Causales”).
¿Por qué seguir hablando de aborto?
En Argentina el aborto es ley desde diciembre del 2020 y comenzó a aplicarse a principios de 2021. Sin embargo, las leyes no son garantía del respeto de un derecho: van a cumplirse dos años en diciembre de la aprobación del proyecto de ley y hace apenas 4 días la justicia de Salta dictó el sobreseimiento de la médica Miranda Ruiz, quien había sido imputada en el 2021 por practicar un aborto en un hospital de la ciudad de Tartagal.
Si bien Estados Unidos no es parte de Latinoamérica ni del Caribe, la pelea y la conquista de los derechos sexuales y reproductivos siguen siendo lugares de disputa: desde 1973 que el país del norte permitía la práctica, pero una decisión de la Corte Suprema de anular el fallo Roe vs. Wade implicó un retroceso, siendo ahora los estados los que podrán tener sus propias normas. Sin ir más lejos, en Alabama, al sur del país, aquella/s persona/s que faciliten un aborto puede/n ser condenada/s a 99 años de cárcel.
El grito sigue siendo por el aborto legal, en la región y en el mundo.