Cientos de miles de fieles, en su mayoría sin barbijos, iniciaron hoy la peregrinación a La Meca, el sitio más sagrado del islam, emplazado en el oeste de Arabia Saudita, la más multitudinaria desde el inicio de la pandemia del coronavirus en 2020
En esta oportunidad, un millón de musulmanes con vacunación completa, entre ellos 850.000 procedentes del extranjero, podrán participar del tradicional viaje, que se produce luego de dos años de estrictas limitaciones, informó la agencia de noticias AFP.
En la Gran Mezquita de La Meca los peregrinos deben completar el "tawaf", la circunvolución alrededor de la Kaaba, una gran estructura cúbica envuelta en un tejido negro bordado con oro hacia el que los musulmanes de todo el mundo se vuelven para orar.
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Las autoridades indicaron el mes pasado que el uso de barbijos sería obligatorio en el lugar, pero este requerimiento fue obviado por la gran mayoría de los presentes.
Hoy, muchos peregrinos acudieron al lugar con sombrillas para protegerse de un día de sol cuya temperatura alcanzó los 42 Cº.
El Ministerio de Salud saudita indicó que preparó 23 hospitales y 147 centros de salud en La Meca y Medina, la segunda ciudad santa del islam, para poder atender a los peregrinos, informaron esta semana medios estatales.
El despliegue incluye la instalación de 1.000 camas para pacientes que requieran cuidados y más de 200 plazas específicas para personas con infartos, demás de la movilización de 25.000 trabajadores sanitarios para responder en caso de una emergencia.
La organización de este ritual constituye un desafío de seguridad considerable. Aún están en la memoria colectiva varios desastres, como una estampida en 2015 que dejó cerca de 2.300 muertos.
"Todo marcha muy bien por ahora. Nos hemos movido y vimos las reglas y las respetamos", contó Faten Abdel Moneim, una egipcia de 65 años, que tiene cinco hijos. "Ojalá siga así", añadió.
El "hach" (peregrinación, en árabe) de este año implica una movilización más importante que las versiones de 2020 y 2021, pero aún así es menor que en tiempos normales.
En 2019, unos 2,5 millones de musulmanes de todo el mundo participaron en el evento anual, un pilar del islam que todo musulmán físicamente capaz debe realizar al menos una vez en su vida.
Posteriormente, el coronavirus obligó a una drástica reducción.
Unos 60.000 ciudadanos y residentes de Arabia Saudita, todos vacunados, participaron en 2021, y solo unos pocos miles lo hicieron en 2020.
El peregrinaje consiste en una serie de rituales religiosos que se efectúan a lo largo de cinco días en la ciudad más santa del islam y sus alrededores, en el oeste de Arabia Saudita.
Quienes intentan realizar el peregrinaje sin permiso se exponen a multas de 10.000 riales sauditas (unos 2.600 dólares).
Organizar el "hach" es un asunto que otorga y supone prestigio y es fuente de legitimidad política para las autoridades de Arabia Saudita.
Con un valor de al menos 5.000 dólares por persona, es también una fuente de ingresos para el mayor productor mundial de petróleo, que busca diversificar su economía.
En años normales, el ritual genera miles de millones de dólares para el país que busca mostrar transformaciones, en medio de persistentes reclamos de abusos de derechos humanos y límites a las libertades individuales.
Arabia Saudita ahora permite a las mujeres participar en el "hach" sin la compañía de un familiar masculino, un requisito eliminado el año pasado.
Con información de Télam