Las empresas de la UE se preparan para aprovechar el enorme potencial del reciclaje y suministrar tierras raras esenciales para la transición ecológica del bloque, pero pasará tiempo antes de que haya suficiente oferta de vehículos eléctricos y aerogeneradores viejos para procesar.
La UE tendrá dificultades para cumplir los ambiciosos objetivos sobre tierras raras fijados en la nueva legislación para impulsar la producción nacional de minerales críticos y reducir la dependencia de China.
En virtud de la Ley de Materias Primas Críticas, que entró en vigor el mes pasado, el bloque se ha fijado el objetivo de que el reciclado cubra el 25% de la demanda de minerales críticos de la UE para 2030, incluidas las tierras raras.
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En la actualidad, se recicla menos del 1% de las tierras raras que se consumen en la UE.
Según un análisis de Reuters, no está previsto que se cumpla el objetivo del 25%, pero a largo plazo, las perspectivas son buenas para que el bloque suministre gran parte de las tierras raras necesarias para los vehículos eléctricos y las turbinas eólicas a partir de su recuperación y reprocesamiento.
"Hoy hay imanes que salen de Europa todos los días porque no hay posibilidad de reciclarlos aquí", afirma Frédéric Carencotte, fundador de la empresa emergente francesa Carester.
La empresa ya está recogiendo imanes viejos para tenerlos listos cuando su planta entre en producción en 2026.
Inicialmente, tiene previsto procesar 2.000 toneladas al año de imanes permanentes viejos y producir óxidos de tierras raras.
Al principio también procesará concentrado de minas hasta que se desguacen suficientes vehículos eléctricos y aerogeneradores viejos para aumentar el abastecimiento de imanes viejos.
Otro insumo clave serán los llamados 'swarfs' o limaduras, residuos que quedan cuando los bloques de imanes permanentes nuevos se cortan en formas específicas, que pueden suponer hasta una quinta parte de la producción de imanes.
La empresa privada alemana Heraeus Remloy puso en marcha el mes pasado una planta para reciclar viejos aparatos electrónicos y convertirlos en una aleación magnética en polvo que puede utilizarse para fabricar imanes permanentes.
La producción de Carester cubriría en torno al 6% de la demanda de óxidos de tierras raras de la UE en 2030, Heraeus cubriría alrededor del 1% de la demanda de metales y aleaciones de tierras raras y otros dos proyectos satisfacerían el 4% de la demanda de imanes, según el análisis de Reuters.
No es viable reciclar todos los imanes, porque en 2030 la UE tendrá unos 1.100 millones de aparatos al final de su vida útil que contengan imanes, cada uno de los cuales sólo contendrá unos 30 gramos de imanes de media, según Ryan Castilloux, de la consultora Adamas Intelligence.
La UE debería centrarse en obligar a reciclar los imanes de los vehículos eléctricos y las turbinas eólicas, que constituirán la mayor parte de los imanes que lleguen al final de su vida útil en el futuro, añadió.
"La responsabilidad ampliada del productor se considera una solución clave, pero existen retos como los elevados costes de reciclado y los sistemas de recogida inadecuados", dijo Bernd Schaefer, director general de EIT RawMaterials, un grupo financiado por la UE que lidera una alianza sectorial.
HyProMag, en Alemania, y MagREEsource, en Francia, también pretenden reciclar imanes, pero con una tecnología de 'bucle corto' para volver a fabricarlos.
MagREEsource, una empresa derivada del instituto francés de investigación científica CNRS, tiene previsto abrir una planta este mes, mientras que HyProMag aspira a iniciar la producción a mediados de 2025.
La empresa estatal francesa Orano, especializada en combustible nuclear, lidera el proyecto Magnolia, cuyo objetivo es reciclar y fabricar imanes permanentes para vehículos eléctricos con un 25% de contenido reciclado. Tiene previsto poner en marcha una planta piloto este año.
Con información de Reuters
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