Rusia combate a las tropas ucranianas por tercer día tras una gran incursión

08 de agosto, 2024 | 05.37

El ejército ruso se enfrentó el jueves por tercer día consecutivo a las tropas ucranianas que atravesaron la frontera rusa en la región de Kursk, un audaz ataque contra la mayor potencia nuclear del mundo que ha obligado a Moscú a llamar a las reservas.

En uno de los mayores ataques ucranianos contra Rusia de los dos años de guerra, alrededor de 1.000 soldados ucranianos atravesaron la frontera rusa en la madrugada del 6 de agosto con tanques y vehículos blindados, cubiertos en el aire por enjambres de drones y artillería, según responsables rusos.

Las fuerzas ucranianas avanzaron por los campos y bosques de la frontera hacia el norte de la ciudad fronteriza de Sudzha, último punto operativo de transbordo del gas natural ruso a Europa a través de Ucrania.

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El presidente Vladimir Putin calificó el ataque de "gran provocación". La Casa Blanca dijo que Estados Unidos, el mayor patrocinador de Ucrania, no tenía conocimiento previo del ataque y que pediría más detalles a Kiev.

El general ruso de mayor rango, Valeri Guerásimov, jefe del Estado Mayor, comunicó el miércoles a Putin que la ofensiva ucraniana se había detenido en la zona fronteriza.

Pero varios blogueros militares prorrusos dijeron que los combates continuaron el jueves y que se estaba evacuando a civiles.

"Sudzha está básicamente perdida para nosotros. Y este es un importante centro logístico", dijo Yuri Podolyaka, un popular bloguero militar prorruso nacido en Ucrania, que añadió que las fuerzas ucranianas estaban empujando hacia el norte, hacia Lgov.

"En general, la situación es difícil y sigue deteriorándose, a pesar de que el ritmo de la ofensiva ucraniana ha disminuido notablemente".

El ejército ucraniano ha guardado silencio sobre la ofensiva de Kursk. Algunos blogueros rusos criticaron el estado de la defensa fronteriza en la región de Kursk, afirmando que había sido demasiado fácil para las fuerzas ucranianas atravesarlas.

COYUNTURA CRÍTICA

Las batallas en torno a Sudzha se producen en un momento crucial del conflicto, la mayor guerra terrestre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. A Kiev le preocupa que el apoyo de Estados Unidos pueda disminuir si el republicano Donald Trump gana las elecciones presidenciales de noviembre.

Trump ha dicho que pondría fin a la guerra y tanto Rusia como Ucrania están deseosas de obtener la posición negociadora más fuerte posible en el campo de batalla.

Ucrania quiere inmovilizar al ejército ruso, que controlan el 18% de su territorio, aunque la importancia estratégica de la ofensiva fronteriza no quedó clara de inmediato.

El expresidente ruso Dmitri Medvédev afirmó que el ataque ucraniano era un intento de obligar a Rusia a desviar recursos del frente y demostrar a Occidente que Ucrania aún podía luchar.

Como resultado del ataque de Kursk, dijo Medvédev, Rusia debería ampliar sus objetivos de guerra para incluir la toma de toda Ucrania.

"A partir de este momento, la Operación Militar Especial debería adquirir un carácter abiertamente extraterritorial", dijo Medvédev, que añadió que el ejército ruso debería ir a Odesa, Járkov, Dnipró, Mikoláiv, Kiev "y más allá".

"Sólo nos detendremos cuando lo consideremos aceptable y rentable para nosotros".

El gas seguía fluyendo por Sudzha a través del gasoducto Urengoy-Pomary-Uzhhorod, que transportaba unos 14.650 millones de metros cúbicos de gas en 2023, aproximadamente la mitad de las exportaciones rusas de gas a Europa.

La Guardia Nacional rusa dijo que había reforzado la seguridad en torno a la central nuclear de Kursk, situada a unos 60 kilómetros al noreste de la ciudad.

Con información de Reuters