Los diplomáticos europeos se están preparando para apuntalar las sanciones a Rusia anticipando que un regreso del expresidente de Estados Unidos Donald Trump podría socavar los esfuerzos occidentales para aislar a Moscú, dijeron a Reuters fuentes con conocimiento de las discusiones.
Las conversaciones entre responsables y enviados de la UE se centran en varias iniciativas para garantizar que las sanciones europeas permanezcan en vigor a más largo plazo, reforzándolas mediante una aplicación más estricta, incluso si Washington cambia de rumbo.
Entre las posibles medidas figuran cláusulas "generales" para identificar y detener envíos de mercancías sospechosas con destino a Rusia y mayores restricciones al transporte de petróleo, según las personas citadas.
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También se está debatiendo la posibilidad de cambiar el requisito de que la congelación de los activos del banco central ruso, la mayor sanción occidental contra Moscú, deba ser renovada por las capitales europeas cada seis meses, dijeron las fuentes, que pidieron no ser citadas debido a lo delicado del asunto.
Según tres diplomáticos de la UE, algunos Estados miembros están trabajando en la idea de una cláusula "general" que se aplique a los bienes de guerra o a un espectro más amplio de exportaciones prohibidas.
La cláusula permitiría a los funcionarios de aduanas retener los envíos si el destino pareciera ilógico, como atravesar Rusia para llegar a países de Asia central.
Los preparativos se están haciendo en previsión de un cambio en la posición de Washington, en caso de que Trump sea reelegido.
Cualquier suavización por parte de Washington dejaría a Europa en una posición difícil, ya que es Estados Unidos, con amplios poderes para castigar el incumplimiento de sanciones a nivel mundial, quien principalmente hace cumplir las reglas.
La Unión Europea intenta ahora encontrar sus propios medios para reforzar el cumplimiento de las normas y sus restricciones a Rusia.
Tom Keatinge, del laboratorio de ideas Royal United Services Institute, dijo que los responsables europeos habían estado preparando "sanciones europeas autónomas teniendo en cuenta la posibilidad de una presidencia de Trump", pero que tendrían que reforzar su aplicación.
"En caso de que la presidencia de Trump revierta las sanciones de Estados Unidos a Rusia, los europeos tendrán que ser mucho más enérgicos (...) a la hora de aplicarlas y ya no podrán esconderse detrás del Tío Sam", dijo.
Un portavoz de la campaña de Trump dijo que la "débil agenda (del presidente Joe Biden) (...) ha envalentonado a nuestros adversarios y ha llevado a la guerra en Ucrania", criticando a la candidata presidencial demócrata Kamala Harris como "peligrosamente liberal", sin esbozar su posición sobre las sanciones.
Los países europeos se equivocaron durante la última presidencia de Trump, cuando Estados Unidos dio marcha atrás en un acuerdo internacional con Irán sobre su programa nuclear y restableció unilateralmente las sanciones, dejando a Europa en la cuerda floja.
Ahora, los dirigentes europeos temen que un giro similar con respecto a Rusia pueda deshacer los esfuerzos occidentales para aislar a Moscú, dijeron dos de las personas.
Trump ha insinuado en la campaña electoral que detendría o ralentizaría drásticamente la ayuda militar a Ucrania si gana las elecciones del 5 de noviembre.
Se ha negado a decir que quiere que Ucrania gane la guerra y ha llegado a culpar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de ayudar a iniciar el conflicto.
Trump ha elogiado con frecuencia a su propio Gobierno entre 2017 y 2021 por imponer sanciones al gasoducto Nord Stream II, pero no ha dejado clara su postura sobre futuras sanciones y ha dicho que quiere llegar a un acuerdo de paz rápido con Moscú.
MAYOR ALCANCE
Los diplomáticos europeos esperarán a finales de año para debatir en serio nuevas restricciones antes de que Polonia asuma la presidencia semestral rotatoria de la UE.
Hungría ocupa actualmente la presidencia y ha dado largas al asunto de las sanciones. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, desató una tormenta de críticas por reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Moscú, lo que Budapest calificó de "misión de paz".
La revisión también podría suprimir la necesidad de reafirmar periódicamente la congelación de los activos de los bancos centrales rusos, sustituyendo los intervalos de seis meses por uno de 36 meses, lo que apuntalaría esta sanción a largo plazo.
Los activos en manos del grupo de las siete principales economías (G7) ascienden a unos 300.000 millones de dólares, la mayor parte de ellos en Europa.
Varios países también están debatiendo medidas drásticas contra el "etiquetado incorrecto" de los productos destinados a Rusia, buscando descripciones más precisas. Los países bálticos fronterizos con Rusia se quejan desde hace tiempo de que los exportadores se aprovechan de los códigos aduaneros de la UE.
Los Estados miembros de la UE están celebrando conversaciones preliminares sobre la forma del 15º paquete de sanciones, tras meses de parón desde que Budapest tomó el timón el 1 de julio.
Se espera que al menos 45 buques se añadan a la lista de sanciones de la UE, ya que los aliados occidentales pretenden reforzar el límite del G7 al precio del petróleo ruso, según una fuente. Los responsables de las sanciones occidentales creen que apuntar a petroleros concretos es la mejor manera de golpear más los ingresos petroleros rusos.
Las potencias occidentales también están empezando a presionar a los países en los que están registrados los petroleros, dijeron las fuentes.
La UE también quiere ampliar el uso de la "cláusula No Rusia" en la próxima ronda de sanciones.
Ello obligaría a las filiales de empresas de la UE en terceros países a prohibir la reexportación de determinados productos a Rusia, incluidos los de doble uso con fines militares, así como municiones y armas de fuego.
Varios países, así como la Comisión Europea, pretenden restringir aún más otras importaciones energéticas europeas procedentes de Rusia, incluidas las de gas natural licuado (GNL), que han aumentado en los últimos meses.
Bélgica, Francia y otros países han pedido a la Comisión que proponga formas de aumentar el seguimiento del GNL ruso al bloque.
Con información de Reuters