Una de las mejores formas de conocer una región puede ser a traves de sus productos típicos. La Rioja, es una de las provincias que aumentó el caudal turistio gracias a sus paisajes y costumbres, pero la experiencia en esta provincia del noroeste argentino se completa con sus diferentes productos regionales.
Las aceitunas, los alfajores de torrontés y las nueces confitadas son de los productos más elegidos por quienes quieren conocer sabores y opciones variadas.
Aceitunas
Para los amantes de lo salado, La Rioja es un gran destino ya que es la primera productora del complejo olivícola, representando el 69% de las exportaciones de aceituna de mesa con 150 mil toneladas de aceitunas cosechadas en la provincia. Del mismo modo, el aceite de oliva riojano también es uno de los más cotizados a nivel nacional.
En este sentido, el departamento de Arauco es el principal productor de aceitunas y derivados de ella, así como Chilecito y La Rioja Capital. Entre los productos más elogiados por los turistas encontramos aceitunas de mesa, pasta de aceituna, aceitunas rellenas, pasas en salmuera, aceite de oliva, y la variedad Arauco, la cual se destaca por ser la más carnosa, ideal para formar parte de las picadas.
Por otra parte, Arauco, considerada la cuna del olivo, tiene su Fiesta Nacional de la Olivicultura que se lleva a cabo el 24 de mayo con el objetivo de rendir homenaje a la labor y el esfuerzo de los olivicultores arauqueños que cumplieron, con el fruto de su trabajo, un papel protagónico en el desarrollo económico de la región.
Alfajor de Torrontés
Aquellos que no sepan elegir entre un buen vino o un buen alfajor, el alfajor de torrontés viene a solucionar esta decisión. La cepa torrontés riojana, premiada mundialmente conseguida en la Viexpo de Francia de 1987, le agrega un sabor irrepetible a este alfajor regional, lo cual lo convierte en un postre único en todo el mundo.
En este sentido, la fábrica de alfajores La Rinconada, ubicada en Chilecito, está posicionada como la mejor productora de este tipo de alfajores. Además del mítico postre argentino, el emprendimiento familiar también produce chocolates, nueces confitadas y una amplia variedad de dulces.
La crema del alfajor se elabora empleando como base el vino torrontés y se le incorporan los ingredientes típicos de la preparación de una mousse, lo que le da una consistencia espumosa que invita a comerse más de uno. Durante el proceso de cocción, el alcohol se evapora, por lo que el producto final constituye una golosina que hasta los más chicos pueden comer sin problemas.
Nueces confitadas
Suele decirse que no se puede visitar Aicuña, el encantador pueblo de piedra ubicado en el Departamento Coronel Felipe Varela, sin visitar el puesto de Doña Nelly para poder probar las exquisitas nueces confitadas que prepara. Con tan solo tres ingredientes (dulce de leche, nueces y fondant derretido), las nueces confitadas se consideran un gran aperitivo para cualquier momento del día, ya sea como postre después de la comida así como acompañamiento para los mates.
La experiencia completa, sin embargo, va más allá de comer este manjar hecho a manos de Doña Nelly: la amable vecina del pueblo hace sentir a los turistas como si estuvieran en casa con la calidez norteña. Esta mujer, de 63 años, está siempre dispuesta a recibir visitas para ofrecerles los manjares que prepara, artesanías en mimbre y, también, nueces al natural de la finca, además del vino característico de Aicuña.