Los equipos de rescate redoblaron esta mañana sus esfuerzos para ayudar a las localidades de montaña marroquíes devastadas por el violento terremoto por el que fallecieron más de 2.900 personas, pero las esperanzas de encontrar sobrevivientes disminuyen cada vez más, a cinco días de la catástrofe.
El sismo, que afectó el viernes pasado una región de las cordilleras del Alto Atlas, al suroeste de la turística ciudad de Marrakech (centro), dejó un saldo de 5.530 heridos, según el último balance oficial.
Tales fueron las pérdidas y ciudades desbastadas que Marruecos aceptó la ayuda de España, Reino Unido, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, que pusieron a disposición equipos de búsqueda y rescate,
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En tanto, la Cruz Roja solicitó más de 100 millones de dólares para poder atender las necesidades más urgentes como la salud, agua, saneamiento e higiene, tras haber desbloqueado un primer fondo de emergencia, según informó hoy la agencia AFP.
El terremoto afectó varias casas ubicadas en pueblos de montaña, a menudo de difícil acceso. En Amizmiz, un pueblo a una hora al suroeste de Marrakech, un grupo de militares distribuyeron carpas a los habitantes que se quedaron en la calle.
"Solo pido un lugar donde vivir, un lugar digno para un ser humano", dijo Fátima Oumalloul, una habitante de 59 años.
Al igual que Oumallout, Fátima Benhamoud, otra habitante del pueblo cuya casa presenta un "riesgo" debido a profundas grietas en los muros, obtuvo una carpa para seis personas.
"No podemos dormir dentro de nuestra casa, tenemos que dormir afuera", dijo.
En tanto, el ejército marroquí instaló hospitales de campaña para atender a los heridos en las zonas aisladas, como en el pueblo de Asni, en la provincia afectada de Al Haouz, a poco más de una hora de Marrakech.
El terremoto tuvo una magnitud 7 según el centro marroquí para la investigación científica y técnica y de 6,8 para los servicios geológicos estadounidenses.
Con información de Télam