Utilizando sólo la luz de sus teléfonos móviles, hombres y mujeres examinaban los cuerpos desfigurados que yacían en la oscura morgue de un hospital de la capital siria en busca de señales de sus familiares desaparecidos en el tristemente famoso sistema penitenciario de Bashar al-Asad.
Decenas de cadáveres -ennegrecidos, en descomposición y sin extremidades ni cabeza- fueron encontrados durante la noche por los equipos de rescate que excavaban en busca de celdas ocultas en Sednaya, una prisión al norte de Damasco, donde, según grupos de derechos humanos, la tortura y las ejecuciones masivas habían sido habituales.
Tras el derrocamiento de Asad el domingo, la gente corrió a Sednaya y liberó a varios centenares de detenidos que se aferraban a la vida.
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Miles de familiares pasaron la noche en la prisión con la esperanza de encontrar a sus seres queridos.
No se encontró a nadie más con vida ni se hallaron celdas subterráneas, informaron los equipos de rescate en un comunicado a última hora del lunes. Sin embargo, se encontraron al menos 35 cadáveres con signos de tortura, que fueron trasladados el martes al Hospital de Damasco, dijo Ahmad Shouman, funcionario local.
"Están desfigurados. Descuartizados. No podemos decir quién es quién", dijo a Reuters en la morgue del hospital, afectado, como gran parte de Damasco, por los cortes de electricidad provocados en la lucha por la capital.
A su alrededor, la gente gritaba o se tapaba la nariz por el hedor. "¡Mira, su mano derecha ha desaparecido!", gritaba un hombre mientras miraba dentro de una bolsa. "¿Qué ha hecho mal toda esta gente para morir?", se lamentaba otro. Una mujer lloraba, se hundía el dedo en la cara y se abofeteaba las mejillas.
Rima al-Turk seguía buscando a su hermano Adnan, secuestrado en 2013 por el Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea siria frente a la puerta de su casa. Ella dijo que él no había hecho nada malo.
"Ahora todos son cadáveres quemados. Cadáveres con las cabezas cortadas. Ese era el régimen que nos gobernaba", afirmó.
Zaher al-Taqesh, agente funerario, dijo que médicos y especialistas estaban trabajando para ayudar a las familias a identificar a sus seres queridos.
"Hay rasgos distintivos, como un tatuaje, una herida, cualquier signo distintivo", dijo Taqesh. Otros pudieron ser identificados por sus dientes, pero se necesitaban más especialistas para continuar el trabajo de identificación, agregó.
La Campaña Siria, un colectivo de activistas que defiende los derechos civiles en Siria, pidió el lunes a las organizaciones internacionales que apoyen mejor a las familias que ahora se enteran de que sus seres queridos han muerto durante su detención.
(Redacción de Maya Gebeily; Editado en español por Héctor Espinoza)