El líder de facto de Siria, Ahmed al-Sharaa, llegó el martes a un acuerdo con antiguos jefes de facciones rebeldes para disolver todos los grupos y consolidarlos bajo el Ministerio de Defensa, según un comunicado de la nueva administración.
El primer ministro Mohamed al-Bashir había dicho la semana pasada que el ministerio se reestructuraría con antiguas facciones rebeldes y oficiales que habían desertado del Ejército de Bashar al-Asad.
Sharaa se enfrenta a la ardua tarea de intentar evitar enfrentamientos entre los numerosos grupos que conforman el país.
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Los nuevos gobernantes del país nombraron ministro de Defensa del gobierno provisional a Murhaf Abu Qasra, figura destacada de la insurgencia que derrocó a Asad.
Entre las minorías étnicas y religiosas históricas de Siria se encuentran los kurdos musulmanes y los chiítas —que durante la guerra civil temieron que cualquier futuro Gobierno islamista sunita pusiera en peligro su modo de vida—, así como los cristianos ortodoxos sirios, griegos y armenios, y la comunidad drusa.
Sharaa ha dicho a los dirigentes occidentales que el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) que él dirige, antigua filial de Al Qaeda, no buscará venganza contra el antiguo régimen ni reprimirá a ninguna minoría religiosa.
Los rebeldes sirios tomaron el control de Damasco el 8 de diciembre, obligando a Asad a huir tras más de 13 años de guerra civil y poniendo fin a décadas de control de su familia.
Con información de Reuters