El papa Francisco consideró hoy "positivo" el resultado del Sínodo de obispos que se desarrolló en Roma durante octubre para debatir sobre el futuro de la Iglesia y sembró dudas sobre los beneficios que pueda tener la abolición del celibato para revertir la crisis de vocaciones que vive la institución.
"El resultado es positivo. Hablamos de todo con total libertad. Y esto es algo hermoso y se pudo crear un documento final, que debe ser estudiado en esta segunda parte para la próxima sesión de octubre", planteó en una entrevista con la cadena pública Rai difundida hoy sobre el encuentro que se hizo del 4 al 29 de octubre.
Según el Papa, "como el de la familia, este también es un Sínodo en dos etapas", agregó al comparar la reunión del mes pasado que seguirá en octubre de 2024 con el encuentro hecho en 2014 y 2015.
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El sábado, los Obispos de todo el mundo convocados por Francisco para debatir durante octubre sobre el futuro de la Iglesia pidieron un mayor reconocimiento del rol de la mujer dentro de la Iglesia, piden por el fin de la discriminación laboral y salarial por género y abren la puerta a que se estudie el diaconado femenino para abrir la participación en uno de los ministerios por el momento reservado a varones.
Al finalizar los trabajos de todo un mes, los 365 miembros de la Asamblea Sinodal dieron a conocer un documento de síntesis de los trabajos en el que afirman, en un texto de 40 páginas, que "las Iglesias de todo el mundo han formulado claramente la petición de un mayor reconocimiento y valorización de la contribución de las mujeres y el crecimiento de las responsabilidades pastorales que se les confían en todos los ámbitos de la vida y misión de la Iglesia".
"Creo que hemos llegado precisamente a ese ejercicio de sinodalidad que había querido San Pablo VI al final del Concilio porque se había dado cuenta de que la Iglesia occidental había perdido la dimensión sinodal que tiene la Iglesia oriental", planteó luego.
Consultado sobre uno de los temas más esperados desde algunos ambientes, el Papa sentenció además que no cree que la abolición del celibato para el sacerdocio pueda ayudar a revertir la crisis de vocaciones que hay en la Iglesia.
"Es una ley positiva, no es una ley natural: los sacerdotes en las Iglesias católicas orientales pueden casarse y en cambio en las Iglesias occidentales hay una disciplina del siglo XII, creo, que comenzó con el celibato", explicó el Papa.
"Pero es una ley que se puede quitar, no hay problema. No creo que ayude. Porque el problema es otro. No ayuda", enfatizó para rechazar una de las propuestas de algunos sectores de la Iglesia.
Con información de Télam