Referentes del activismo gordo y por la diversidad corporal aseguraron hoy que la muerte de la actriz y modelo Silvina Luna es "un ejemplo visible de muchos otros" que debería alertar a la sociedad sobre cómo las presiones estéticas ponen en riesgo la vida, y remarcaron que "todos somos responsables" de que sigan existiendo casos como éste.
En diálogo con Télam, la activista por la diversidad corporal y promotora de la Ley Nacional de Talles, Brenda Mato, afirmó que "el caso de Silvina Luna deja en evidencia cómo funcionan los estándares de belleza en nuestras vidas".
"Y lo loco es que ninguno de esos estándares son realistas porque son imposibles de alcanzar", remarcó Mato, integrante del Colectivo de Gordes Activistas de Argentina (CGA).
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También dijo que es necesario ir más allá del caso particular de Silvina Luna: "Es una gran oportunidad para poner en tela de juicio qué está pasando".
"Es importante cuestionarnos para empezar a entender de dónde vienen todas estas cosas que supuestamente estamos eligiendo porque, en realidad, no hay una elección posible cuando la sociedad te castiga y te sanciona por estar fuera de sus estándares", alertó Mato.
"Se habla mucho de la autoestima, pero de auto no tiene nada porque se construye en base a lo que la sociedad va generando. Tenemos que empezar a pensar que el caso de Silvina es solo un ejemplo que fue visible de los muchos otros que no estamos viendo, pero que tendrían que alarmarnos", advirtió.
Silvina Luna falleció ayer a los 43 años en el Hospital Italiano del barrio porteño de Almagro, como consecuencia de un agravamiento de su estado de salud producto de una mala praxis del cirujano plástico Aníbal Lotocki, que en 2011 le produjo una intoxicación de metacrilato que le provocó hipercalcemia e insuficiencia renal.
Mato también advirtió que Luna sufrió gordofobia "desde el momento cero" de su carrera artística por mostrarse comiendo sin restricciones ante las cámaras del programa Gran Hermano.
"Se hizo popular por bailar 'El Meneadito' acariciándose la panza", recordó Mato, y subrayó que "todos somos responsables de que sigan existiendo casos como los de Silvina y necesitamos tener una conversación real al respecto de lo que estamos haciendo".
En este sentido, planteó que los estándares de belleza también tienen una "relación directa" con la gordofobia, entendida como el miedo a engordar o el rechazo hacia las personas que no tienen un cuerpo hegemónico.
"Cuando hablamos de la exigencia de belleza en las mujeres, estamos hablando de personas que tienen que ser blancas, jóvenes, heterosexuales y, sobre todo, tienen que ser flacas", completó Mato.
Precisó que "la delgadez dentro de la belleza es el valor máximo, y cuando te alejás de ese valor estás habilitada para cualquier tipo de violencia. A cualquier feminidad a la que le preguntes cuál sería su deseo máximo, probablemente dentro de sus primeras respuestas esté el comer y no engordar".
Por su parte, la abogada y activista Laura Contrera remarcó que "el problema no es falta de amor propio ni elecciones erradas, sino esta sociedad gordofóbica que naturaliza el imperativo de la delgadez y la presión estética", publicó en sus redes sociales la también integrante del grupo CGA y profesora de Filosofía.
"El problema es colectivo, no individual. Que descanses, Silvina Luna. Nos toca ahora cambiar esta realidad", concluyó Contrera.
Con información de Télam