Estados Unidos y la Unión Europea se comprometieron a prorrogar tres años su cooperación para detectar perturbaciones en el sector de los semiconductores, haciendo especial hincapié en los chips "heredados" de China.
Las dos partes concluyeron el viernes una sesión de dos días de su Consejo de Comercio y Tecnología con un comunicado conjunto de 12 páginas sobre los resultados de la reunión.
En el se afirma que los dos socios compartirán información sobre las políticas y prácticas "no comerciales" que, según ellos, prevalecen en China, y consultarán sobre las medidas previstas para hacer frente a las distorsiones de la cadena de suministro mundial.
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La vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, que supervisa la política tecnológica de la UE, dijo que la UE y EEUU estaban dando "los siguientes pasos" en relación con los semiconductores heredados.
La secretaria de Comercio de EEUU, Gina Raimondo, dijo en una conferencia de prensa que China producía alrededor del 60% de los chips heredados, que se encuentran en automóviles, electrodomésticos y dispositivos médicos, y que seguiría haciéndolo en los próximos años.
"Sabemos que el Gobierno chino subvenciona masivamente esta industria, lo que podría distorsionar enormemente el mercado. Y por eso nos centramos en ello", dijo.
El Departamento de Comercio ya ha puesto en marcha un estudio para evaluar la distorsión del mercado, y la UE hará lo propio en breve.
Los dos socios también se han comprometido a unir fuerzas en la investigación para encontrar alternativas a las sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) en las patatas fritas. Estas "sustancias químicas eternas" no se descomponen fácilmente y los estudios demuestran que pueden ser perjudiciales para la salud humana.
Con información de Reuters