Irán ha abierto una línea de comunicación directa con los rebeldes que están al nuevo mando de Siria desde que su aliado Bashar al-Asad fuera derrocado, según dijo el lunes a Reuters un alto cargo iraní, lo que constituye un intento de "evitar una trayectoria hostil" entre ambos países.
El avance relámpago de una alianza de milicias encabezada por Hayat Tahrir al-Sham, antigua rama de Al Qaeda, marcó uno de los mayores puntos de inflexión para Oriente Próximo en generaciones. La caída del presidente al-Asad elimina un bastión desde el que Irán y Rusia ejercían influencia en todo el mundo árabe.
El alto cargo dijo que los gobernantes clericales de Irán, ante la pérdida de un importante aliado en Damasco y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero, estaban abiertos a comprometerse con los nuevos líderes de Siria.
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"Este compromiso es clave para estabilizar los lazos y evitar nuevas tensiones regionales", afirmó.
(Redacción de Parisa Hafezi; edición de Ed Osmond y Timothy Heritage; edición en español de Jorge Ollero Castela)