Catorce activistas prodemocráticos de Hong Kong fueron declarados culpables y dos absueltos el jueves en un juicio histórico por subversión que, según los críticos, podría asestar otro golpe al Estado de derecho de la ciudad y a su reputación como centro financiero mundial.
Los veredictos del mayor juicio contra la oposición democrática en Hong Kong se producen más de tres años después de que la policía detuviera a 47 demócratas en redadas efectuadas de madrugada en domicilios de toda la ciudad. Se les acusó de conspiración para cometer subversión en virtud de una ley de seguridad nacional impuesta por China.
La sentencia se dictará en una fecha posterior para los declarados culpables, con penas de prisión que oscilan entre los tres años y la cadena perpetua. Treinta y un acusados se declararon culpables, y cuatro de ellos se han convertido en testigos de cargo.
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Estados Unidos y otros países han criticado el juicio por considerar que tiene una motivación política, y han pedido la inmediata puesta en libertad de los acusados. Diplomáticos de varios países, entre ellos Reino Unido y la Unión Europea, asistieron a la vista.
"Australia ha expresado sus enérgicas objeciones a las autoridades de Hong Kong por la continua y amplia aplicación de la legislación de seguridad nacional para detener y presionar a figuras prodemocráticas", dijo la ministra de Asuntos Exteriores, Penny Wong.
Afirmó que su Gobierno estaba "profundamente preocupado" por los veredictos y que seguiría buscando acceso consular a Gordon Ng, ciudadano australiano y uno de los condenados.
"COMPLOT MALICIOSO"
Las medidas de seguridad en torno al Tribunal Supremo eran estrictas, con decenas de agentes de policía, algunos de ellos con perros, y vehículos patrullando la zona. Algunos simpatizantes hicieron cola durante la noche para asegurarse un sitio.
"He venido porque es una etapa crítica y un momento histórico" para Hong Kong, dijo Chiu, un hombre de 35 años que empezó a esperar a medianoche. Todos los acusados "han dado la cara por sí mismos y por los hongkoneses que esperan un cambio".
Están acusados de un "malicioso complot" para paralizar el Gobierno de la antigua colonia británica y obligar al líder de la ciudad a dimitir mediante una votación previa a las elecciones municipales de julio de 2020. Los demócratas sostienen que se trató de un intento extraoficial de seleccionar a los candidatos más fuertes en un intento de conseguir una mayoría histórica en la asamblea legislativa de Hong Kong.
Resumiendo su veredicto, los jueces Andrew Chan, Alex Lee y Johnny Chan escribieron que si los acusados hubieran tenido éxito, se habría creado "una crisis constitucional para Hong Kong" y llevado a "interferir gravemente, perturbar o socavar el desempeño de los deberes y funciones de conformidad con la ley por parte del Gobierno (de Hong Kong)".
Varios de los acusados, entre ellos los activistas Owen Chow, de 27 años, y Gwyneth Ho, de 33, aparecieron con el rostro pétreo en el banquillo de los acusados mientras se pronunciaban los veredictos en una sala abarrotada.
Entre los condenados figuran también los exparlamentarios demócratas Leung Kwok-hung, Lam Cheuk-ting y Helena Wong. Aún no está claro si alguno de ellos recurrirá.
Leung, de 68 años, es el acusado de más edad.
"Aunque no esté bien emocionalmente y aún no se haya adaptado a la vida en prisión... siempre me ha dicho que es inocente", dijo a Reuters Chan Po-ying, esposa de Leung, antes del veredicto.
Chan y otros tres activistas fueron detenidos fuera del tribunal por intentar organizar una protesta.
"EL EJEMPLO MÁS DESPIADADO"
Fueron absueltos el abogado Lawrence Lau y el trabajador social Lee Yue-shun.
"Todavía hay otros acusados en este caso que merecen nuestra preocupación e incluso nuestro amor", declaró Lau a la salida del tribunal.
Los fiscales dijeron que planeaban apelar las dos absoluciones. Los jueces prorrogaron la libertad bajo fianza de estos dos acusados y aplazaron provisionalmente el caso hasta el 25 de junio, cuando los condenados podrán presentar argumentos atenuantes antes de la sentencia definitiva.
Las protestas masivas a favor de la democracia estallaron en Hong Kong en 2019 contra los planes de Pekín para una legislación que, según los demócratas, infringía las libertades garantizadas cuando Hong Kong volvió al control de China en 1997.
Pekín impuso en 2020 la arrolladora ley de seguridad nacional, que provocó una oleada de detenciones de activistas democráticos, así como el cierre de medios de comunicación y ONG progresistas. La oposición democrática de Hong Kong había intentado durante décadas presionar a Pekín para que permitiera la plena democracia en la ciudad.
Las animadas marchas, manifestaciones y vigilias callejera que se habían vivido han cesado prácticamente en medio de una intensa vigilancia policial.
"Esta condena masiva sin precedentes es el ejemplo más despiadado hasta la fecha de cómo la ley de seguridad nacional de Hong Kong se utiliza como arma para silenciar la disidencia", ha manifestado Sarah Brooks, directora del Programa Regional para China de Amnistía Internacional, en un comunicado. "Representa una purga casi total de la oposición política."
Pekín afirma que las leyes de seguridad nacional han aportado estabilidad a Hong Kong y que se respetan los derechos humanos.
La mayoría de los acusados llevan detenidos desde el 28 de febrero de 2021 y han pasado por maratonianas audiencias de fianza.
Entre los que se han declarado culpables figuran el exprofesor de Derecho Benny Tai, a quien la fiscalía calificó de "cerebro" de la "conspiración", y el activista Joshua Wong.
Con información de Reuters