La llegada del invierno hace que, en más de una ocasión, prefiramos quedarnos tirados en un sillón de nuestra casa y tomar algo caliente. Además, el hecho de ser la época del año de los guisos y otras comidas muy calóricas y copiosas, no invitan justamente a activar el entrenamiento. Por eso, es común que muchos de nosotros abandonemos nuestros hábitos saludables en los meses de frio. Y así puede verse perjudicada nuestra salud cardiovascular.
Sin embargo, no solo se recomienda mantener nuestras actividades deportivas en el invierno, sino que incluso hay hasta algunos profesionales que dicen que es la mejor época del año para practicar ejercicio. ¿Por qué entrenar con bajas temperaturas es recomendable?
Beneficios que nos aporta entrenar en el invierno
Se tiene que saber diferenciar los conceptos de baja temperatura y baja temperatura extrema. La baja temperatura extrema, a la hora de hacer deporte (y sobre todo si hablamos de personas que no son atletas profesionales), es practicar en temperaturas por debajo de los 3 grados. Por encima de esa cifra, es totalmente favorable realizar actividades físicas sin que haya ningún problema, siempre y cuando tengas en cuenta los factores que favorecerán a dicho entrenamiento.
Se consumen más calorías
Con el frío, la temperatura corporal desciende, y eso hace que el organismo haga más esfuerzo para recuperarlo. Esto lo logra aumentando la actividad metabólica para que las células generen mayor calor.
Al momento de hacer ejercicio en bajas temperaturas, al esfuerzo que ya sabemos que realiza el propio cuerpo y nuestro metabolismo, se le agrega el que debemos hacer para activar nuestros músculos, que en los días de frío se contraen y están más rígidos. Además contribuye al equilibrio que debe darse entre los cambios de temperatura, el gasto de oxígeno y la pérdida de líquidos del entrenamiento. Incluso entrenar es recomendable
Mejora la forma física
Para poder realizar las actividades físicas correspondientes de la mejor manera, el cuerpo debe mejorar su rendimiento en todos los aspectos para aclimatarse a las bajas temperaturas. Esto, sobre todo, para formas de entrenar muy de moda ahora, como el crossfit, un estilo de entrenamiento basado en movimiento funcionales, con cambios constantes de ejercicios y enmarcados en una alta exigencia.
Para las actividades exigentes, es necesario mejorar la capacidad cardiovascular, la capacidad pulmonar y el desarrollo de los músculos, para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales y aumentar nuestros niveles de resistencia.
Ayuda al sistema inmunológico
Las bajas temperaturas y el entrenamiento ayudan a la activación y aumento de la producción de los leucocitos y los granulocitos, principales responsables del buen desarrollo del sistema inmune.
Acá, sin embargo, tenemos que volver a destacar la diferencia entre temperaturas bajas y temperaturas bajas extremas: si realizamos nuestra actividad física en un entorno que, de tan frío, no permita al cuerpo llegar al nivel de calentamiento necesario, el efecto sobre nuestras defensas, será justamente el contrario.
Ayuda a la hidratación
A pesar de que siempre es recomendable mantenerse bien hidratado en una práctica deportiva, sí es cierto que durante el verano, al hacer ejercicio, se transpira muchísimo más, lo que, obviamente, se traduce en una pérdida de la hidratación. Practicar deportes durante el invierno nos facilita el mantenernos hidratados porque tendremos menos necesidad de ingerir líquidos.
Mejora el ánimo
Realizar ejercicio libera endorfinas, nos ayuda a desconectar y nos mentaliza en futuras metas que tendremos que llegar. De esta manera, mejora nuestra sensación de bienestar, nos ayuda a alejar el estrés y también mantiene a raya la denominada “depresión de invierno”: las largas horas sin sol y el descenso de las temperaturas tienden a empujarnos a nuestro hogar, lo que puede influir en que baje nuestro estado de ánimo, estemos más taciturnos y “bajoneados”.
Crea rutinas que vas a poder mantener
Empezar a entrenar en las etapas más crudas del año nos preparan mentalmente para que el cuerpo se acostumbre al ejercicio físico en las situaciones más inhóspitas. De esta manera, cuando las temperaturas vuelvan a subir, ya vamos a llegar con una mejor condición física para afrontar las futuras etapas de nuestro calentamiento.
Es una forma de divertirse
Como ya hemos dicho, entrenar te relaja, te ayuda a desconectar y a llevar mejor el día a día. Pensarlo como un divertimento y no como una obligación es una buena manera de poder llevarlo adelante. Además, también podés practicar otros deportes por fuera de tu rutina, por ejemplo, jugar al fútbol con tus amigos. Solamente hay que elegir aquellos que podamos hacer con nuestra forma y condición física. Realizarlos en compañía, hará que sea mucho menos pesado.
Recomendaciones finales
Hay que tomar algunas precauciones extra antes de lanzarnos a la calle a entrenar en temperaturas muy bajas, recordemos que, más allá de las ganas que tengamos, seguiremos en invierno y puede complicarnos.
- Hace estiramientos y calentamientos largos: tal vez uno de los momentos más importantes del entrenamiento es el precalentamiento. Entre 10 y 15 minutos estirando despertarán a los músculos de su entumecimiento.
- Aprovechar las horas de más sol: es entendible que no todos puedan por cuestiones laborales, pero lo más recomendado en invierno es entrenar al mediodía, donde el sol alumbra más y se despeja un poco el frío.
- Protegé las zonas sensibles: los labios y la nariz suelen resecarse por el constante paso de aire, por lo que hay que tener a mano cremas hidratantes. También puede ayudarnos usar gorros o cuellos térmicos porque la cabeza y el cuello son las zonas que más calor pierden.
- Usar ropa adecuada: en capas, una que absorba el sudor, una segunda capa de tela térmica y la tercera impermeable o rompevientos. La idea es ir desprendiéndose de cada capa a medida que se va entrando en calor, para volver a ponérselas una vez terminado el ejercicio.
- Tener una alimentación saludable: respetá todas las comidas y organizá dietas acordes al tipo de gasto calórico que realizás en tu actividad.
Esperamos que estos datos te ayuden a repensar tu idea del invierno, quitarte la pereza de encima y aprovechar los beneficios que pueden traer el entrenar en los días frescos.