La policía británica está poniendo más agentes en las calles ante la advertencia de desórdenes violentos este fin de semana y las mezquitas reforzaron su seguridad después de que manifestantes contrarios a la inmigración provocaran disturbios tras el asesinato de tres niñas.
Esta semana han estallado disturbios en los que han participado cientos de personas -o miles en una protesta en Londres-, después de que se difundiera rápidamente en Internet la información falsa de que el sospechoso de los asesinatos en la localidad de Southport, en el noroeste del país, era un inmigrante musulmán radical.
La policía afirmó que el sospechoso, Axel Rudakubana, es un joven de 17 años nacido en Cardiff (Gales).
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El primer ministro, Keir Starmer, que se enfrenta a su primera gran prueba desde que fue elegido hace un mes, condenó a la "extrema derecha" por la violencia, se reunió con los jefes de policía y respaldó a las fuerzas del orden para que tomen medidas contundentes.
Starmer ha viajado dos veces a Southport desde el atentado, donde se reunió con los líderes de la comunidad y dio las gracias a los servicios de emergencia.
La última vez que hubo un estallido de violencia generalizada en Reino Unido fue en 2011, cuando miles de personas salieron a la calle durante seis noches después de que la policía matara a tiros a un hombre negro en Londres.
El viernes por la noche, varios centenares de manifestantes antiinmigración se congregaron en Sunderland, en el noreste de Inglaterra, donde lanzaron piedras contra la policía antidisturbios cerca de una mezquita, antes de volcar vehículos, incendiar un auto y provocar un incendio cerca de una comisaría.
Cuatro policías heridos fueron trasladados al hospital y diez personas fueron detenidas por delitos como desórdenes violentos y robo con allanamiento de morada, declaró la policía de Northumbria, que supervisa Sunderland.
(Reporte y redacción de Sachin Ravikumar; editado en español por Carlos Serrano)
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