La actividad manufacturera de las pymes cayó un 6,6% interanual en septiembre, y ya acumula una retracción del 15,1% en los primeros nueve meses de 2024, en comparación con el mismo período del año anterior, lo que golpea de lleno a provincias productoras como La Rioja. Esta caída, reportada por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), es la menor tasa de descenso registrada en los últimos diez meses y todo indicaría que la crisis se debe a las políticas del Gobierno nacional, dirigido por Javier Milei, que no logra repuntar la situación económica y no mostró pruebas de priorizar la actividad industrial.
Días atrás se conoció que el Parque Industrial de La Rioja atraviesa actualmente una profunda crisis y que por ello fueron despedidos 143 empleados de la empresa Textil COM. La federación Obrera de la Industria del Vestido y Afines (FONIVA) informó en ese momento que esto se sumaba a los 500 despidos y las 300 suspensiones ocurridos durante el mandato de Milei, desvinculaciones registradas por la Secretaría de Industria de La Rioja.
Al respecto, el delegado provincial de FONIVA, Gustavo Castro, señaló que la reactivación esperada de la economía, que se tenía prevista para la segunda fase del año, aún no había llegado, y opinó que la situación "es complicada, las empresas si bien dejaron de suspender y despedir empleados, al día de hoy, si se te pones a hablar con empresarios del rubro están viendo cómo llegan a fin de año".
En cuanto a la actual información, CAME sostuvo que a pesar de la tendencia general a la baja, se observó un incremento del 3,7% en la comparación intermensual desestacionalizada. Este dato sugiere una leve recuperación, aunque la capacidad instalada en las industrias pymes sigue en niveles preocupantemente bajos, y se sitúa en un promedio del 60,6%.
El sector textil e indumentaria, que es uno de los más pujantes de la provincia, resultó como uno de los más afectados en términos de utilización de su capacidad productiva, que apenas alcanzó el 54,6% en septiembre. Este bajo nivel de actividad tiene un fuerte impacto en la capacidad de las empresas para cumplir con sus compromisos financieros, en particular el pago de salarios.
Datos negativos y un año que no logra despegar
Según la encuesta de CAME, el 24,1% de las empresas de este sector reportaron dificultades para pagar a sus empleados, lo que la sitúa como el rubro con mayores problemas en este aspecto. Otros sectores también enfrentan desafíos importantes, pero en menor medida. Por ejemplo, el sector de alimentos y bebidas registró una baja del 8,3% interanual, aunque mejoró un 1,9% frente a agosto, con un uso de la capacidad instalada del 62,2%.
El sector de papel e impresiones presentó la mayor caída interanual, con un retroceso del 20,7%. A pesar de este resultado, en la comparación mensual fue el rubro con mayor recuperación, se registró un incremento del 9,1% respecto a agosto. A nivel general, este sector operó con un 59,4% de su capacidad instalada, lo que refleja también el bajo nivel de actividad que afecta a gran parte de la industria manufacturera. Otro rubro relevante es el de madera y muebles, que, aunque tuvo una caída anual del 0,6%, experimentó un pequeño crecimiento del 2,8% intermensual, lo que lo posiciona como el sector con mejor desempeño en este sentido.
Las principales preocupaciones de las pymes no solo están relacionadas con la baja actividad productiva, sino también con los elevados costos de producción y logística. Según CAME, estos problemas se destacan como las principales dificultades que enfrentan las empresas para mantener su estabilidad y crecimiento. La falta de ventas es el obstáculo más reportado por las pymes, con un 41,3% de las respuestas, mientras que los costos de producción y logística constituyen el 36,5%. Frente a este escenario, el 32,6% de las empresas consultadas indicó que tomó medidas para reducir gastos operativos, mientras que otro 30,4% diversificó su oferta de productos o incorporado servicios adicionales para mejorar su competitividad.
De acuerdo con la encuesta de CAME, un 13,9% de las respuestas indica que una forma de recuperar la industria sería el estímulo a la demanda interna, una política que permitiría dinamizar el mercado local y generar nuevas oportunidades de crecimiento.