El auge de los partidos nacionalistas euroescépticos en las elecciones europeas puede complicar el intento de Ursula von der Leyen de conseguir un segundo mandato como presidenta de la poderosa Comisión Europea, aunque sigue siendo la favorita para el puesto.
Para asegurarse otros cinco años como jefa del brazo ejecutivo de la UE, Von der Leyen necesita una "mayoría cualificada" de los 27 líderes de la Unión Europea y también una mayoría en el Parlamento Europeo de 720 escaños.
En 2019, apenas superó esa votación con nueve votos más de los necesarios, a pesar de que su Partido Popular Europeo (PPE), de centro-derecha, es la formación más numerosa de la legislatura. También contó con el apoyo de los socialistas, segundos, y de los liberales, terceros.
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El PPE sigue siendo el grupo más numeroso del Parlamento, y las primeras proyecciones de escaños muestran que si el centro-izquierda, los liberales y los Verdes votan por ella, tendría más de la mayoría necesaria de 361 votos.
Sin embargo, los grupos políticos nacionalistas y euroescépticos, así como la ultraderechista AfD alemana, ganarían conjuntamente 22 diputados, hasta un total de 149. Sus ganancias podrían ser mucho mayores, dependiendo de cuántos de los 102 diputados ahora no afiliados decidan unirse formalmente a uno de los grupos parlamentarios euroescépticos.
Esto dejaría mucho menos margen de maniobra a Von der Leyen, sobre todo porque no está claro cuántos diputados de su posible coalición podrían no votarla aunque los líderes de sus partidos le dieran su apoyo.
En 2019, unos 100 eurodiputados de la coalición del PPE, centro-izquierda y liberales no votaron a favor de Von der Leyen, que aun así consiguió los votos que necesitaba de los diputados polacos de derechas. Es poco probable que estos la apoyen ahora, sobre todo teniendo en cuenta que contribuyó a impulsar el Pacto Verde de la UE y se mostró firme en cuestiones relacionadas con el Estado de derecho.
Para garantizar su apoyo en el Parlamento, Von der Leyen se ha mostrado dispuesta a cooperar en asuntos importantes con el Partido de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que agrupa a partidos euroescépticos como Hermanos de Italia, Vox de España y Ley y Justicia de Polonia.
Los diplomáticos dicen que esto podría inclinar más a la derecha la política de la UE en la fase de propuestas, ya que los proyectos legislativos los prepara la Comisión.
Pero coquetear con el ECR pone a Von der Leyen en riesgo de perder a sus aliados habituales, ya que los socialistas, los liberales y los Verdes han manifestado que no la apoyarán si coopera con la derecha.
LÍDERES DE LA UE
Las cosas pueden ser un poco más fáciles con los líderes europeos, que tienen que designarla para el puesto antes de que vote el Parlamento. Aunque solo 13 de los 27 líderes pertenecen al PPE, sigue siendo el grupo más numeroso.
La mayoría considera que Von der Leyen ha hecho un buen trabajo en los últimos cinco años, especialmente con la distribución de vacunas para la UE en los primeros momentos de la pandemia y con la unión de la UE en respuesta a la invasión rusa de Ucrania.
La mayoría cualificada que necesita significa que 15 de los 27 líderes de la UE, de países que juntos representan el 65% de la población de la UE, deben respaldar su candidatura.
Los 13 países gobernados por el PPE, entre los que Polonia es el más grande, representan en conjunto solo el 26% de los ciudadanos de la UE.
En la práctica, esto significa que Von der Leyen también necesita el voto del presidente liberal francés Emmanuel Macron, así como del canciller socialista alemán Olaf Scholz, aunque no necesariamente de la primera ministra nacionalista italiana Georgia Meloni.
Pero el apoyo francés no está garantizado. Macron ha estado promocionando al ex primer ministro italiano y expresidente del BCE Mario Draghi como una persona que debería "desempeñar un papel" en los varios altos cargos de la UE que deben decidirse este año.
Los diplomáticos de la UE señalan que Draghi no está vinculado a ningún partido y, por tanto, carece de una base política más amplia. Cada una de las grandes familias políticas de la UE -el PPE, los socialistas, los liberales, los verdes, la izquierda, el derechista ECR y el ultraderechista ID- tiene sus candidatos para el máximo cargo de la Comisión Europea.
Para complicar aún más las cosas, el máximo puesto de la Comisión formará parte de un paquete de altos cargos de la UE que se decidirán este año, en el que los grupos políticos intercambiarán su apoyo no solo por promesas políticas, sino también por puestos clave para sus representantes.
Con información de Reuters