En los últimos once meses, el precio de la nafta súper en La Rioja experimentó un aumento acumulado de 170,6%, lo que marcó una fuerte tendencia inflacionaria desde la llegada del Gobierno de Javier Milei, el pasado 10 de diciembre de 2023. En ese momento, el precio del litro de nafta en las estaciones de servicios de la capital riojana era, en promedio, de $416.
Hoy, con la última suba del 2,8% aplicada el viernes pasado, el valor se sitúa en $1.126 por litro. Este aumento significa un incremento de $710 en tan solo 310 días y el impacto en el bolsillo de los consumidores es contundente. Actualmente, llenar un tanque de 35 litros requiere una inversión de $39.410, mientras que un tanque de 60 litros demanda $67.560.
Estos valores muestran el peso de la inflación sobre los combustibles y su efecto sobre el poder adquisitivo de las familias en La Rioja y otras provincias.
Una escalada de precios que refleja la Inflación y el impacto económico
Tras la asunción del nuevo Gobierno en diciembre, el precio por litro pasó de $416 a $618 en tan solo tres días, una suba notable en un corto período. Posteriormente, el valor continuó aumentando con un ajuste cada mes: en enero alcanzó los $779, en febrero $829, en marzo $892 y así sucesivamente, hasta octubre que se posicionó en $1.095, lo que alcanzó en noviembre los actuales $1.126.
La escalada en los precios de la nafta provocó una pérdida de poder adquisitivo en la población, y afecta a los consumidores que dependen del combustible para su vida diaria y laboral. En paralelo, el consumo de nafta evidenció una marcada baja. Según la Secretaría de Energía de la Nación, este descenso en la demanda lleva ya diez meses consecutivos, lo que refleja la resistencia de los usuarios ante el impacto de los altos precios.
Este proceso inflacionario en el sector energético, que afecta a toda la Argentina, resulta de una combinación de factores, y se incluye el alza en los precios internacionales del petróleo, la devaluación del peso, y la reconfiguración de la economía doméstica bajo las políticas del nuevo gobierno. A medida que el precio de los combustibles sigue en aumento, sectores como el transporte y la logística también sufren incrementos, lo cual tiene repercusiones en toda la cadena de precios de productos y servicios.
Un contexto que altera el consumo
El aumento sostenido del precio de la nafta genera no solo preocupaciones en el ámbito doméstico, sino también en el sector empresarial. La inflación en los combustibles tiende a traducirse en mayores costos de producción y transporte, afectando así los precios finales en otros rubros. En este contexto, el consumo de nafta disminuyó notablemente, con una caída sostenida en los últimos diez meses.
Las familias y las empresas en La Rioja y otras provincias buscan alternativas para reducir sus gastos, y optan por medios de transporte más económicos o reduciendo el uso de vehículos privados. A medida que se acerca el fin de año, se espera que las políticas energéticas sigan siendo un tema de debate en la agenda pública.
Aunque el gobierno de Javier Milei tomó medidas para estabilizar la economía, el impacto de los incrementos en combustibles aún es una carga significativa para los ciudadanos. Con un incremento acumulado de 170,6% en el precio de la nafta, los riojanos enfrentan el desafío de adaptar sus hábitos de consumo en un contexto económico cambiante y de alta inflación.
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