Surge disidencia en el ELN y Gobierno de Colombia la reconoce para diálogo de paz

08 de mayo, 2024 | 18.12

Un frente de guerra del Ejército de Liberación Nacional (ELN) rompió su relación de mando y subordinación con el comando central de esa guerrilla, quedando en evidencia la primera disidencia en el grupo rebelde, a la que el Gobierno reconoció el miércoles como una organización independiente para negociar.

El anuncio de la Oficina del Comisionado de Paz del Gobierno se produjo después de que el martes el Frente Comuneros del Sur del ELN comunicó una ruptura con el Comando Central y la Dirección Nacional, así como la decisión de continuar sus acercamientos de paz con el Gobierno.

En forma casi simultánea, el jefe del equipo negociador del ELN, Pablo Beltrán, informó que ese frente que tiene presencia en el departamento de Nariño, en el suroeste del país, había sido separado del grupo guerrillero, lo que podría ocasionar obstáculos a la política de paz que impulsa el presidente Gustavo Petro, según analistas.

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"En consecuencia, (el Gobierno) dará el tratamiento a este grupo de Nariño como organización distinta e independiente de la organización nacional, con la cual sostiene negociaciones políticas en la Mesa Nacional", dijo el comunicado del Comisionado de Paz.

El ELN anunció el lunes su decisión de dar por terminada la suspensión unilateral de los secuestros que ofreció en medio de la negociación de paz con el Gobierno, lo que supone el regreso de uno de los delitos más temidos en medio del conflicto armado.

El grupo rebelde, conformado por 6.158 personas, incluidos 3.305 combatientes, justificó su decisión en la demora del Gobierno para poner en funcionamiento un Fondo Multidonante destinado a financiar las actividades de paz con las que se busca sacar al ELN de un conflicto interno de seis décadas que ha dejado más de 450.000 muertos.

CRISIS EN DIÁLOGO CON EL ELN

El secuestro es una de las principales fuentes de financiación del grupo rebelde junto con la extorsión, el narcotráfico y la extracción ilícita de oro, de acuerdo con fuentes de seguridad que acusan a esa guerrilla de privar de la libertad a miles de personas a lo largo del conflicto.

Aunque han transcurrido seis ciclos desde que Petro restableció las conversaciones con el ELN a finales del 2022, el proceso enfrenta una crisis por la decisión del Gobierno de avanzar en un diálogo con el frente Comuneros del Sur por fuera de la mesa de negociación con el propósito de que entregue las armas y se reincorpore a la sociedad.

La Oficina del Comisionado de Paz aseguró que hará esfuerzos para que el ELN cumpla el compromiso previo de suspender los secuestros económicos y reverse esa decisión, al tiempo que reiteró que se reunirá con ese grupo rebelde en Caracas entre el 20 y el 25 de mayo.

Petro mantiene también conversaciones de paz con una parte del Estado Mayor Central (EMC), una facción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que rechazó el acuerdo de paz del 2016.

Con la Segunda Marquetalia, un grupo de las FARC que hizo parte del acuerdo de paz del 2016 y que casi tres años después regresó a la lucha armada por considerar que se incumplió el pacto, el Gobierno se apresta a iniciar en las próximas semanas conversaciones.

Las negociaciones de anteriores gobiernos con el ELN, considerado una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, no avanzaron por sus posiciones radicales, una cadena de mando difusa y disensos en sus filas.

Con información de Reuters