Tras las críticas belgas, el papa Francisco dice que en la Iglesia "no hay lugar para el abuso"

29 de septiembre, 2024 | 10.35

El papa Francisco concluyó el domingo un viaje de fin de semana a Bélgica, donde se enfrentó a algunas de las críticas más duras que ha recibido en sus viajes al extranjero.

El pontífice, de 87 años, fue presionado por personalidades de alto nivel en tres de los cinco actos más importantes de su visita de tres días, en un lenguaje inusual y a veces feroz para un viaje papal.

En una reunión con dignatarios belgas el viernes, tanto el rey Felipe como el primer ministro Alexander De Croo pidieron acciones más concretas para ayudar a las víctimas de abusos por parte del clero católico. Y en actos posteriores en dos universidades católicas, las autoridades denunciaron su postura sobre el papel de la mujer en la Iglesia y en la sociedad.

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Francisco no mencionó de forma específica las críticas en su último acto en Bélgica el domingo, una misa en el estadio de fútbol Rey Balduino de Bruselas. Pero sí agregó comentarios al texto preparado para su sermón e hizo una enérgica condena de los abusos del clero católico.

"No hay lugar para el abuso", dijo el pontífice, arrancando aplausos dispersos de los 37.000 asistentes. "No hay lugar para el encubrimiento de los abusos. Pido a todos que no encubran los abusos. Pido a los obispos que no encubran los abusos".

La gira belga, que comenzó con una visita de un día a la cercana Luxemburgo, fue el viaje número 46 de Francisco al extranjero desde que fue elegido papa en marzo de 2013. La visita pretendía centrarse en el 600 aniversario de las dos universidades católicas.

Francisco también se ha enfrentado a este tipo de críticas en giras anteriores, especialmente en lo referente a los abusos sexuales del clero. En un viaje a Chile en 2018, grupos de manifestantes protestaron fuera de sus eventos y varias iglesias católicas fueron atacadas antes de su visita.

Francisco pidió perdón el viernes por los abusos sexuales cometidos por el clero católico en Bélgica, afirmando que la Iglesia debe "avergonzarse y pedir perdón". También mantuvo una reunión de dos horas con un grupo de víctimas, que le presionaron para que ofrezca una mejor compensación económica.

(Reporte adicional de Marine Strauss; editado en español por Carlos Serrano)