El líder de Hamás, Ismail Haniye, fue asesinado en la madrugada del miércoles en Irán, según informaron el grupo miliciano palestino y Teherán, lo que suscitó amenazas de venganza contra Israel en una región ya sacudida por la guerra en Gaza y un conflicto cada vez más profundo en Líbano.
La Guardia Revolucionaria iraní confirmó la muerte de Haniye, horas después de que asistiera a la ceremonia de investidura del nuevo presidente del país, y dijo que estaba investigando los hechos.
Haniye, que normalmente residía en Qatar, ha sido el rostro de la diplomacia internacional de Hamás mientras la guerra desencadenada por el ataque dirigido por Hamás contra Israel el 7 de octubre ha arrasado Gaza.
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El brazo armado de Hamás afirmó en un comunicado que el asesinato de Haniye "llevaría la batalla a nuevas dimensiones y tendría importantes repercusiones", mientras que Irán también prometió tomar represalias.
El líder supremo iraní, Alí Jamenei, dijo que Israel había dado pie a un "duro castigo para sí mismo" y que era deber de Teherán vengar la muerte del líder de Hamás, ya que se había producido en la capital iraní. Las fuerzas iraníes ya habían realizado ataques directos contra Israel anteriormente en la guerra de Gaza.
Israel no hizo ningún comentario, ni reivindicó su responsabilidad. El ejército israelí dijo que estaba evaluando la situación, pero que no había emitido nuevas directrices de seguridad para los civiles.
Se esperaba que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, se reuniera para celebrar consultas con responsables de seguridad a las 16:00 hora local (1300 GMT).
El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, dijo que Washington trabajaría para tratar de aliviar la tensión, pero afirmó que Estados Unidos ayudaría a defender a Israel si fuera atacado.
"No creo que la guerra sea inevitable. Lo mantengo. Creo que siempre hay espacio y oportunidades para la diplomacia", dijo a los periodistas durante una visita a Filipinas.
El asesinato, que tuvo lugar menos de 24 horas después de que Israel afirmara haber matado al comandante de Hezbolá que, según dijo, estaba detrás de un ataque mortal en los Altos del Golán, ocupados por Israel, parece hacer retroceder las posibilidades de cualquier acuerdo inminente de alto el fuego en la guerra de Gaza, que dura ya 10 meses.
"Este asesinato del hermano Haniye por parte de la ocupación israelí es una grave escalada que pretende quebrar la voluntad de Hamás", dijo a Reuters Sami Abu Zuhri, alto cargo de Hamás.
Añadió también que Hamás, el grupo islamista palestino que gobernaba Gaza antes del asalto israelí, continuaría el camino que estaba siguiendo. "Confiamos en la victoria", afirmó.
Qatar, que ha estado mediando en las conversaciones para detener los combates en Gaza, condenó el asesinato de Haniye como una peligrosa escalada del conflicto.
China, Rusia y Turquía también lo condenaron.
El máximo órgano de seguridad iraní se reunió para decidir la estrategia de Irán en reacción a la muerte de Haniye, estrecho aliado de Teherán, dijo una fuente conocedora de la situación.
El presidente palestino, Mahmud Abás, condenó el asesinato y las facciones palestinas de Cisjordania, ocupada por Israel, convocaron una huelga y manifestaciones masivas.
LA CARA PÚBLICA DE HAMÁS
El asesinato de Haniye se produce cuando la campaña israelí en Gaza está cerca de cumplir su décimo mes sin que haya señales de que vaya a terminar una guerra que amenaza con convertirse en un conflicto regional más amplio. Las conversaciones para un alto el fuego auspiciadas por Egipto y Qatar parecen haber fracasado.
Al mismo tiempo, el riesgo de una guerra entre Israel y Hezbolá ha aumentado tras el ataque en los Altos del Golán, que mató a 12 niños en un pueblo druso el sábado y el posterior asesinato del alto comandante de Hezbolá Fuad Shukr.
Hezbolá aún no ha confirmado la muerte de Shukr, pero dijo que se encontraba en el edificio alcanzado por un ataque israelí.
La fiscalía de la Corte Penal Internacional solicitó una orden de detención contra Haniye por presuntos crímenes de guerra al mismo tiempo que emitió una petición similar contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Nombrado máximo responsable de Hamás en 2017, se ha movido entre Turquía y Doha, capital de Qatar, escapando a las restricciones de viaje de la bloqueada Franja de Gaza y permitiéndole actuar como negociador en las conversaciones de alto el fuego o hablar con Irán, aliado de Hamás. Tres de sus hijos murieron en un ataque aéreo israelí en abril.
Su muerte, tras el asesinato de su adjunto Saleh Al-Arouri en enero a manos de Israel, deja a Yehya Al-Sinwar, jefe de Hamás en la Franja de Gaza y artífice del ataque del 7 de octubre contra Israel, y a Zaher Jabarin, jefe del grupo en Cisjordania, en su puesto, pero escondidos.
La guerra comenzó el 7 de octubre, cuando combatientes dirigidos por Hamás rompieron las barreras de seguridad que rodean Gaza y lanzaron un ataque devastador contra las comunidades israelíes cercanas, matando a 1.200 personas y secuestrando a unos 250 rehenes en Gaza, según los recuentos israelíes.
En respuesta, Israel lanzó una implacable ofensiva terrestre y aérea en el enclave costero que ha matado a más de 39.400 personas, según responsables sanitarios de Gaza, y ha dejado a más de 2 millones enfrentados a una crisis humanitaria.
Con información de Reuters