Los delegados de 175 países se reunieron el lunes en Busan (Corea del Sur) para celebrar la quinta ronda de conversaciones encaminadas a lograr un tratado internacional para frenar la contaminación por plásticos, pero las divisiones persistentes arrojaron dudas sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo definitivo.
Corea del Sur acoge esta semana la quinta y aparentemente última reunión del Comité Intergubernamental de Negociación de la ONU (INC-5), después de que la anterior ronda de conversaciones, celebrada en Ottawa en abril, concluyera sin un acuerdo sobre la limitación de la producción de plástico.
En su lugar, las conversaciones se centrarán en las sustancias químicas preocupantes y otras medidas, después de que países productores de productos petroquímicos como Arabia Saudí y China se opusieran enérgicamente a los esfuerzos por limitar la producción de plástico, en contra de las protestas de los países más afectados por la contaminación plástica.
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Las divisiones que complican las conversaciones sobre el tratado de los plásticos coinciden con los conflictos que han paralizado durante mucho tiempo los esfuerzos de la ONU por frenar el calentamiento global. La última cumbre sobre el clima, la COP29, acaba de concluir con un acuerdo que los países más pobres tacharon de insuficiente.
El presidente del INC, Luis Vayas Valdivieso, dijo a la prensa el lunes que confiaba en que las negociaciones de esta semana dieran lugar a un tratado o a un texto que condujera a un tratado.
"Sin una intervención significativa, se prevé que la cantidad de plástico que entrará anualmente en el medio ambiente en 2040 casi se duplique en comparación con 2022", dijo Valdivieso en la sesión inaugural en Busan el lunes.
"Se trata de que la humanidad se levante para hacer frente a un desafío existencial", dijo, señalando que se han encontrado microplásticos en órganos humanos.
Estados Unidos sorprendió en agosto cuando dijo que apoyaría los límites a la producción de plástico en el tratado, alineándose con la UE, Kenia, Perú y otros países de la Coalición de Gran Ambición.
La elección de Donald Trump como presidente, sin embargo, ha suscitado dudas sobre esa postura, ya que durante su primera presidencia rehuyó los acuerdos multilaterales y cualquier compromiso para ralentizar o detener la producción petrolera y petroquímica estadounidense.
Con información de Reuters