Reino Unido va a llevar a cabo una investigación pública sobre el asesinato en 1989 en Irlanda del Norte del abogado de derechos humanos Pat Finucane, cuya muerte sigue siendo uno de los principales blancos de la indignación por la connivencia de Londres con los paramilitares probritánicos.
Finucane, que representaba a un amplio abanico de clientes, entre ellos destacados nacionalistas irlandeses, fue asesinado a tiros en su casa delante de su mujer y sus tres hijos por milicianos "lealistas" probritánicos, que, según una investigación independiente realizada en 2012, habían actuado en connivencia con las fuerzas de seguridad británicas.
Las fuerzas de seguridad, de mayoría protestante, fueron objeto de acusaciones de connivencia con paramilitares probritánicos durante tres décadas de conflicto sectario. Una serie de informes independientes han confirmado algunas de esas acusaciones.
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Una revisión dirigida por un juez en 2004 concluyó que era necesaria una investigación pública. El ministro británico para Irlanda del Norte dijo entonces que se llevaría a cabo dicha investigación.
Una investigación pública es una investigación de gran envergadura –convocada por un ministro del Gobierno– a la que se pueden conceder poderes especiales para obligar a prestar testimonio y a presentar otras formas de pruebas.
Sin embargo, el Gobierno británico decidió en 2011 celebrar únicamente la revisión independiente. En 2012, el entonces primer ministro David Cameron dijo que esta revisión había revelado niveles "escandalosos" de connivencia estatal en el asesinato.
En 2019, la familia Finucane llevó su lucha ante la Corte Suprema británica, que dictaminó que la esposa de Finucane tenía la legítima expectativa de una investigación pública. El Gobierno irlandés y organizaciones de derechos humanos también han pedido una investigación de este tipo.
Pero el Reino Unido rechazó en 2020 las peticiones de una investigación pública, alegando que se correría el riesgo de perjudicar una revisión del caso por parte de la policía norirlandesa.
Un acuerdo de paz de 1998 puso fin en gran medida al derramamiento de sangre en la región controlada por Reino Unido entre los nacionalistas irlandeses, mayoritariamente católicos, que buscan la unión con Irlanda, y los unionistas, predominantemente protestantes, que quieren seguir formando parte del Reino Unido.
(Escrito por Conor Humphries; edición de Gareth Jones; editado en español por Anxo Fariñas Torres)
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