Numerosos manifestantes tenían previsto concentrarse el viernes en Atenas para conmemorar el aniversario del naufragio de un barco en el que murieron cientos de migrantes frente a las costas griegas y exigir respuestas sobre las causas del desastre y el destino de sus familiares.
Hasta 700 migrantes procedentes de Pakistán, Siria y Egipto fueron hacinados en Libia en un pesquero con destino a Italia. Volcó frente al suroeste de Grecia el 14 de junio de 2023, a pesar de que los guardacostas griegos llevaban horas vigilándolo.
Se rescató a unos 104 supervivientes, pero sólo se recuperaron 82 cadáveres. La catástrofe, una de las peores registradas en el Mediterráneo, planteó interrogantes sobre la forma en que la Unión Europea intenta frenar los flujos migratorios.
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"Me despierto con pesadillas. Incluso ahora, lo juro por Dios, me sigue doliendo el cuerpo", dijo un superviviente egipcio llamado Mohamed. "Nosotros, gracias a Dios, estamos vivos. (...) ¿Dónde están el resto de los cuerpos?"
Supervivientes y activistas planeaban concentraciones en Atenas, Londres, París y Berlín. En la ciudad paquistaní de Lalamusa, los familiares de las víctimas prepararon una ceremonia conmemorativa.
Los supervivientes afirman que los guardacostas provocaron el vuelco del barco cuando intentaron remolcarlo de madrugada. Las autoridades afirman que el movimiento de los migrantes a bordo hizo volcar la embarcación, que iba abarrotada.
Un año después, la investigación de un tribunal naval sobre el papel de los guardacostas sigue en fase preliminar, lo que frustra a supervivientes, familiares y grupos de defensa de derechos humanos. El ministro griego de Transporte Marítimo ha pedido paciencia.
Pantelis Themelis, comandante de la Unidad de Identificación de Víctimas de Catástrofes de Grecia, dijo que 74 de los 82 fallecidos habían sido identificados, pero muchas más familias de África, Oriente Próximo y Asia han enviado muestras de ADN a Grecia para su comprobación, sin resultado alguno.
Hasan Ali, paquistaní residente en Atenas, dijo que su hermano Fahad estaba entre los desaparecidos y que sus padres en Pakistán no aceptaban que pudiera estar muerto.
"Mi madre y mi padre le están esperando", dijo Ali. "Dicen que está vivo, que está en Grecia".
Con información de Reuters