Quienes decidan recorrer la provincia de Formosa durante el verano, podrán conocer la Reserva Guaycolec que funciona como una estación de animales silvestre en la cual se busca proteger y criar especies que se encuentran en extinción. Cabe remarcar que muchos de los animales que viven allí son rescatados de cazadores furtivos y contrabandistas del comercio ilegal de fauna.
La misma está ubicada a unos 26 kilómetros de la ciudad capital. Se encuentra junto al riacho Pilagá y cuenta con una superficie de 150 hectáreas y todos los fines de semana y feriados abre sus puertas de manera gratuita de 9 a 17 horas.
La Reserva cuenta con un Guardaparque Nacional encargado del lugar; un Médico Veterinario responsable de la sanidad, alimentación y manejo de las especies silvestres; un Ingeniero Zootecnista responsable de la sanidad, alimentación, manejo e investigación de las diferentes especies de serpientes con que cuenta el serpentario.
La ausencia en la región de un área protegida con estas características, dota de un valor agregado a esta Reserva que, también, tiene un potencial educativo importante para la población.
Los interesados podrán participar de visitas guiadas donde se brinda información sobre las especies que forman parte de la Reserva y el lugar también esta preparado con parrillas y mesas, para que las familias puedan disfrutar de un día al aire libre.
Las especies
Entre las especies de flora que se pueden encontrar en el lugar, se hallan quebracho colorado, algarrobo, ibirapitá, tatané, espina corona, ombú, timbó, guayaibí, palma blanca. También se observan arbustos como cocú y ñangapirí.
En cuanto a la fauna existente en la Reserva es muy variada. Dentro de los anfibios se encuentran algunas especies de anuros como ranas y sapos; entre los reptiles encontramos especies tales como: yacaré negro y overo; iguana overa; tortugas acuáticas y terrestres; lagartijas; serpientes como culebras verdes arborícola entra otras. Por su parte, entre las aves que se pueden observar existen tucanes, Búhos, mira sol, jacanas, chuñas, muitú, entre otros.
De la familia de mamíferos, en la reserva hay carpinchos, aguará guazú, pecaríes, jabalíes, tapires, coatíes, osos meleros, nutrias, monos carayás y mirikiná.
Desde la Reserva promueven que los animales puedan volver a su hábitat natural y para eso, primero, pasan por un proceso de relevamiento y revisión veterinaria a cargo del personal técnico del lugar, y si están en buenas condiciones de salud y es propicio, se los libera.
En el caso de que alguno de los animales no llegue a reunir las condiciones anatómicas y fisiológicas para vivir de nuevo en su hábitat natural, se quedan al cuidado de los encargados de la reserva.