Rusia dijo el miércoles que había detenido a un ciudadano de Uzbekistán que confesó haber colocado y detonado una bomba que mató al teniente general Igor Kirillov en Moscú un día antes siguiendo instrucciones del servicio de seguridad ucraniano.
Kirillov, que era jefe de las Fuerzas de Protección Nuclear, Biológica y Química de Rusia, murió delante de su edificio de apartamentos junto con su ayudante al estallar una bomba oculta en un patinete eléctrico.
Es el militar ruso de más alto rango asesinado dentro de Rusia por Ucrania. El Servicio de Seguridad de Ucrania, que acusó a Kirillov de ser responsable del uso de armas químicas contra militares ucranianos, algo que Moscú niega, asumió la responsabilidad del asesinato.
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El Comité de Investigación de Rusia, encargado de investigar delitos graves, dijo el miércoles que el sospechoso anónimo les había dicho que había venido a Moscú para cumplir un encargo de los servicios de inteligencia ucranianos.
En un vídeo de la confesión publicado por el medio de comunicación Baza, conocido por tener fuentes en los círculos policiales rusos, se ve al sospechoso sentado en una furgoneta describiendo sus acciones.
No estaba claro en qué condiciones estaba hablando y Reuters no pudo verificar inmediatamente la autenticidad del vídeo.
Vestido con un abrigo de invierno, el sospechoso aparece diciendo que había llegado a Moscú por orden de los servicios de inteligencia ucranianos, compró un patinete eléctrico y, meses después, recibió un artefacto explosivo improvisado para llevar a cabo el ataque.
También describe cómo colocó el artefacto en el patinete eléctrico que había aparcado frente a la entrada del bloque de apartamentos donde vivía Kirillov.
Los investigadores le citaron diciendo que había colocado una cámara de vigilancia en un automóvil de alquiler cercano y que los organizadores del asesinato, que según él tenían su base en la ciudad ucraniana de Dnipró, habían utilizado la cámara para ver lo que ocurría.
En el vídeo, el sospechoso, nacido en 1995, aparece diciendo que había detonado el artefacto a distancia una vez que Kirillov había abandonado el edificio.
Dice que Ucrania le había ofrecido 100.000 dólares por su participación en el asesinato y la residencia en un país europeo.
Los investigadores dijeron que estaban identificando a otras personas implicadas en el ataque y el diario Kommersant informó de que se había detenido a otro sospechoso. Reuters no pudo confirmarlo de forma independiente.
Con información de Reuters