Comisiones de senadores de México discutían el domingo una controvertida propuesta de reforma al sistema de justicia que, entre otras cosas, plantea que jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte sean electos por votación popular.
El proyecto, promovido por el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, ya cuenta con visto bueno de la Cámara de Diputados, por lo que una vez que sea aprobado por legisladores de las comisiones de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos sería turnado al pleno del Senado para su debate final.
La propuesta ha desatado recientemente una huelga en el Poder Judicial, generado tensiones con los dos principales socios comerciales de México -Estados Unidos y Canadá- y una abrupta depreciación de la moneda.
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Los críticos temen que las modificaciones al sistema debiliten a uno de los contrapesos del poder presidencial, perjudicando el clima de negocios en la segunda mayor economía de América Latina.
Durante la jornada de votación, la presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, llamó a los legisladores a escuchar las propuestas de los administradores de justicia antes de impulsar cualquier cambio.
"La demolición del Poder Judicial no es la vía, como se pretende", afirmó, en un mensaje televisivo, arropada por algunos ministros de la corte y consejeros de la judicatura federal.
Trabajadores del sector, organizaciones civiles y estudiantes universitarios que se oponen a la reforma protagonizaron una multitudinaria protesta en los alrededores del Senado y en varias ciudades del país.
Otros manifestantes salieron también a las calles para demostrar su apoyo a los planes del mandatario. En ambos casos, autoridades no reportaban incidentes.
López Obrador defendió en la víspera la polémica enmienda constitucional argumentado que busca "limpiar de corrupción" al sistema de justicia. "¿Cuál es el miedo?", preguntó en medio de aplausos en un evento público.
Una vez avalada en comisiones, está previsto que el miércoles inicie su discusión en el pleno del Senado, donde el partido gobernante y aliados necesitan sumar a sus huestes el apoyo de sólo un legislador rival para aprobar la reforma. No obstante, senadores de oposición han prometido votar en bloque contra el dictamen.
Con información de Reuters