El sorpresivo arresto del cofundador del Cártel de Sinaloa, Ismael "El Mayo" Zambada, podría generar una guerra dentro de la organización delictiva mexicana, pero difícilmente afecte el tráfico de fentanilo, una poderosa droga responsable de una epidemia de muertes en Estados Unidos, dijeron analistas.
En la víspera, en una operación con muchos detalles aún por dilucidarse, El Mayo Zambada, de 76 años, fue detenido en suelo estadounidense junto con uno de los hijos de su exsocio, Joaquín "El Chapo" Guzmán. Las autoridades mexicanas dijeron el lunes no participaron en el operativo, lo que podría crispar aún más la alicaída cooperación en materia de seguridad entre ambos vecinos.
Según tres funcionarios y exfuncionarios estadounidenses, Zambada habría sido llevado a El Paso con engaños por parte de Joaquín Guzmán López, el hijo de El Chapo.
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"Lo que me parece clave es ver qué narrativa se va a imponer dentro del Cártel de Sinaloa porque si se impone la narrativa de una traición tiene el potencial de aumentar mucho la presión interna que ya hay entre las diferentes facciones del cártel", dijo Falko Ernst, analista del International Crisis Group (ICG).
"Hay un riesgo de que pueda haber una fragmentación de la última organización criminal más o menos cohesiva en México y los efectos serían bastante desastrosos", agregó, asegurando que se podría generar episodios de violencia en las zonas dominadas por el cártel, sobre todo en el occidente y norte del país.
Previendo un enfrentamiento, el Ejército mexicano desplegó el viernes a 200 efectivos de sus fuerzas especiales en Sinaloa para "apoyar con la estrategia de seguridad e inhibir las actividades de la delincuencia organizada".
Zambada y "El Chapo" Guzmán fundaron el Cártel de Sinaloa a fines de la década de 1980. Tras la detención de Guzmán en 2016 y su posterior extradición a Estados Unidos -donde cumple cadena perpetua- sus hijos heredaron el negocio y lo impulsaron de la mano del fentanilo, cuyo abuso se ha convertido en la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 45 años.
Los hijos de Zambada, por su parte, habrían empezado a tomar el control de las actividades que tenía su padre por su delicado estado de salud. Se cree que El Mayo sufre de diabetes.
Los descendientes directos de Zambada y de El Chapo ("Los Chapitos") pertenecen a dos generaciones diferentes de traficantes con estilos distintos. El primero, es conocido por ser un narco de la "vieja escuela", que evita el centro de atención y opera en las sombras. Los hijos de El Chapo, por el contrario, tienen fama de ser llamativos y violentos.
Ambos bandos han tenido una relación conflictiva desde que El Chapo fue extraditado a Estados Unidos en 2017.
FENTANILO
En los últimos años, el Cártel de Sinaloa se ha convertido en el mayor objetivo de las autoridades estadounidenses, que han acusado al grupo criminal de ser el mayor proveedor de fentanilo a Estados Unidos.
Esas autoridades ofrecían una recompensa de 15 millones de dólares por la captura de Zambada y de cinco millones de dólares por información de Guzmán López.
Durante décadas, el cártel ha establecido sofisticadas cadenas de suministro para transportar drogas por todo el mundo y obtener sustancias químicas fuertemente reguladas para su base en Sinaloa. Trafica drogas a más de 50 países y es uno de los dos grupos del crimen organizado más poderosos de México, junto con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
"(Las capturas) no afectarán el tráfico de fentanilo. De la misma manera que, en el pasado, la captura y extradición de narcotraficantes de alto perfil no modificaron los volúmenes de envíos de drogas ilícitas hacia Estados Unidos", dijo David Saucedo, experto en temas de seguridad.
"La producción, transporte y consumo de drogas obedece más bien a leyes del mercado, no tanto a la desarticulación, consolidación o unificación de las estructuras criminales", agregó. "Lo que vemos es un relevo generacional (en el Cártel de Sinaloa) no una extinción del cártel".
Por otro lado, que las autoridades mexicanas no hayan participado del operativo podría generar más crispación en la cada vez menor colaboración en materia de seguridad entre ambos socios comerciales.
"Aunque a ciertas instituciones de seguridad estadounidenses les conviene colgarse la medalla (por los arrestos) el peligro de dañar la cooperación en materia de seguridad con México es bastante grande porque no le gustó para nada al presidente (Andrés Manuel López Obrador)", opinó Ernst, del ICG.
En octubre de 2020, autoridades estadounidenses detuvieron al exsecretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, por presuntos vínculos con el narcotráfico. La medida enfureció a López Obrador y generó una serie de represalias mexicanas que, expertos aseguran, han debilitado la cooperación de ambas naciones en materia de seguridad.
"Un logro para los estadounidenses en el corto plazo se puede convertir en un riesgo para ellos a mediano y largo plazo", agregó Ernst.
Con información de Reuters