Una empresa mendocina reveló que logró reciclar, en solo seis meses, 200 hectáreas de cobertura de malla anti granizo en desuso en zonas agrícolas, y transformó 100.000 kilos de polietileno de alta densidad (PEHD) en material para construir viviendas.
Cada hectárea de malla permite recuperar aproximadamente 500 kilos de plástico. Desde mayo pasado, y en conjunto con bodegas y productores vitivinícolas, juntamos 200 hectáreas de coberturas equivalentes a 326.900 kilogramos de CO2 recuperados, destacó la gerenta de Relaciones Institucionales de la empresa Agrinet, Agustina Debernardi.
Tras quedar en desuso, las mallas que se dejan de utilizar en las viñas en Mendoza, se emplean para la edificación de muros de casas y medianeras, por lo cual Agrinet hizo una alianza con 3C Construcciones, dedicada a la construcción de viviendas y espacios públicos a partir del reciclado de residuos plásticos y que, además, integra a personas vulnerables a sus labores.
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En este caso, la malla antigranizo se utiliza como barrera de contención de los bloques de plástico que rellenan las estructuras constructivas. Luego, esa pared se revoca como en la construcción tradicional, explicó Debernardi, gerenta de Relaciones Institucionales y Gestión de Personas.
Según esta experiencia inédita en Mendoza, la transformación de 100.000 kilos de PEHD evita la tala de 557 árboles adultos, evita que 212.325 kilos de CO2 lleguen a la atmósfera, e implica el ahorro de 233.560.905 litros de agua y que 809 camiones cargados con plástico no sean depositados en la basura.
En total y durante 6 años, Agrinet realizó el reciclado de polietileno y se han transformado 571.000 kilos de scrap, lo que ha permitido evitar la emisión de 1.027.926 kilos de CO2, detalló.
Nuestras mallas de polietileno de alta densidad han mostrado una durabilidad de entre 15 y 20 años, pero cuando comenzamos con el recambio nos replanteamos su disposición y tratamiento para evitar malas prácticas usuales, como la quema o el entierro, dijo Debernardi.
Si bien una solución rápida hubiera sido transformar esos restos en productos de plástico de primer uso, luego se descartan y también contaminan, por lo que decidimos elegir el camino de agregar valor, pasando de la gestión de residuos a la gestión de recursos y de una economía lineal a una economía circular, comentó.
Así nació el Proyecto Re-conectar, alineado con el propósito de la empresa de reconectar a las personas con una vida sostenible y en base a sus siete valores (confianza, integridad, compromiso, pasión, calidad, cercanía y flexibilidad, y adaptación al cambio) con el claro objetivo de transformar los deshechos de su proceso productivo que ya cumplieron con su vida útil, en un recurso para fabricar otros productos.
Pero a esa iniciativa se le sumó otra más ambiciosa que es utilizar esos residuos para la industria textil.
Estamos investigando junto a un proveedor de polietileno cómo transformar las coberturas dadas de baja o degradadas y elaborar pellets de PEHD para hacer textiles que permitan el hilado para indumentarias, adelantaron.
El Proyecto Re-conectar cumple con cinco de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible establecido por la ONU para cumplir al año 2030: trabajo decente y crecimiento económico; industria, innovación e infraestructura; producción y consumo responsables; acción por el clima; y alianzas para los objetivos.
Con información de Télam