La Unión Europea ha declarado que será "muy difícil" que los países lleguen a un acuerdo sobre un nuevo tratado mundial para luchar contra la contaminación por plásticos este año, como estaba previsto.
Es la señal más clara de que las negociaciones, que comenzaron en 2022 y han estado marcadas por la división sobre si el tratado debe limitar la producción de plástico, podrían no llegar a una resolución en la reunión final de Busan (Corea del Sur) a finales de noviembre.
Alrededor de 60 países, entre ellos miembros de la UE, han exigido que se establezcan límites a la producción, pero algunos países, como Arabia Saudí y China, que son grandes fabricantes de los productos petroquímicos con los que se fabrican los plásticos, se han opuesto a tales medidas.
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"Al ritmo actual... será muy difícil cerrar las negociaciones en el INC5 de noviembre", dijo Virginijus Sinkevicius, jefe del Departamento de Medio Ambiente de la Comisión Europea, a los ministros de Medio Ambiente de la UE en una reunión celebrada esta semana.
El Comité Intergubernamental de Negociación 5 (INC5, por sus siglas en inglés) es la última de las cinco rondas de negociaciones previstas, anunciadas después de que Naciones Unidas aprobara un acuerdo histórico para crear el tratado en marzo de 2022.
La ONU celebró el pacto para iniciar las negociaciones como el acuerdo medioambiental más importante desde el acuerdo climático de París de 2015, con el que se pretende hacer frente a una fuente de contaminación que se extiende desde las fosas oceánicas hasta las cumbres de las montañas y plantea riesgos para la vida silvestre y la salud humana.
Si los países no consiguen llegar a un acuerdo en Busan, tendrían que acordar prolongar las conversaciones hasta el año que viene y después.
Sin embargo, un alto cargo japonés implicado en las conversaciones dijo a Reuters que algunos países estaban deseosos de alcanzar en Busan un tratado básico de alto nivel que pudiera reforzarse mediante futuras enmiendas y protocolos.
Esto se debe en parte a la preocupación ante la perspectiva de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca el año que viene con la intención de hacer retroceder las políticas climáticas. Eso podría minar el entusiasmo mundial por futuras negociaciones del tratado, dijo el representante, que no quiso dar su nombre.
Graham Forbes, jefe de la delegación del grupo de presión medioambiental en las conversaciones Greenpeace, dijo que era mejor ampliar las negociaciones que aceptar un acuerdo débil.
"Necesitamos un marco que empiece a situarnos en una trayectoria hacia una relación mucho más sostenible con la petroquímica y los plásticos", dijo.
"Con Trump o sin Trump, necesitamos un acuerdo que cubra todo el ciclo de vida (de los plásticos)."
Con información de Reuters
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